Qué más da dónde empieza. Olvidémonos de esa lacra que son las ridículas glorias patrioteras o chovinistas. Lo importante es que la Reconquista empiece. Y bien está que lo haga por Italia, pues europea —y no sólo nacional, por más que la nación sea clave— es hoy la reconquista (no sólo, por lo demás, contra la invasión musulmana: contra nuestro mismo mundo decrépito y moribundo). Es lógico que la cosa empiece en Italia. Ya empezó ahí una vez (y a lo mejor alguna otra), hace cosa de 500 años, cuando lo reconquistado, en forma de un extraordinario, inaudito, sincretismo pagano-cristiano, fue el renacer del espíritu y la belleza de la Antigüedad grecorromana.
En Italia encabeza el actual renacimiento del espíritu y de los valores europeos ese gran líder, o jefe, o caudillo, o lo que sea, de una Lega que ha dejado de serlo del norte para serlo también del sur. Su nombre —y pasará a la historia— es Matteo Salvini, y su partido, además de alzarse con la victoria en los recientes comicios europeos, ha arrasado también en dos pueblos tan significativos como son Riace y Lampedusa: dos emblemas de la Gran Sustitución que, durante años, han sido santificados (entre otros por el santón del Vaticano) por la progresía del mundo entero.
Aquí se explica con toda claridad.
J.R.P.
El pueblo se había convertido en un símbolo planetario por su política de integración de los inmigrantes, pero la Liga de Matteo Salvini ha derrumbado ese modelo. Ha sido una de las grandes sorpresas de las elecciones del pasado domingo en Italia, donde además de las elecciones europeas se votó para elegir los alcalde de 3.800 municipios, la mitad del país.
Domenico Lucano, alcalde de Riace, pueblo de la provincia de Reggio Calabria que se asoma al mar Jónico desde la suela de la bota peninsular, ha sido reelegido siempre desde el año 2004. Pero ahora ni siquiera ha entrado como concejal en la junta del ayuntamiento de Riace, porque su lista ha quedado en tercer lugar, mientras la Liga arrasaba y se convertía en el partido más votado con su candidato Antonio Trifoli, un policía local. La izquierda y los progresistas habían convertido Riace en el símbolo de la tolerancia y de la acogida de los inmigrantes.
Domenico «Mimmo» Lucano –ya exalcalde– aparecía como un héroe, por ser el artífice de lo que en medio mundo se conoció como «modelo Riace». Periodistas de numerosos países se desplazaron durante años al pueblo y aparecieron decenas de reportajes periodísticos y programas de televisión en todo el mundo para elogiar a Riace, que se presentaba como un pequeño paraíso, con vistosas tiendas de artesanía, calles arregladas y adornadas con plantas y, sobre todo, impresionaba su armonía multiétnica, con inmigrantes de una treintena de países. La revista «Fortune» incluyó a Mimmo Lucano, en el 2016, entre las 50 personalidades más influyentes del mundo. Incluso la Radiotelevisión pública italiana (RAI) produjo una serie televisiva, que se inspira en el modelo de acogida de Riace y en su alcalde Lucano, al que interpreta el actor Beppe Fiorello.
Pero ahora se descubre que ese modelo, que en Italia y en el mundo se veía como ideal, casi una pequeña Suiza al sur de Italia, ya no le gusta a una mayoría de los habitantes de Riace. Mimmo Lucano, cuya lista electoral tenía como lema «El cielo sobre Riace», solo ha recibido 140 preferencias, el 10% de los votantes, el siete de los que tenían derecho a voto. El mensaje que ha recibido de sus conciudadanos ha sido claro: «Tu paraíso de acogida dejó ya de agradarnos».
A pesar de todo, el exregidor ha confesado: «No me arrepiento de nada». Mimmo Lucano se ha declarado siempre un anárquico, y como tal se ha comportado desde que en 1998 se produjo el desembarco de un grupo de kurdos e iraquíes que huían de dictaduras y guerras. Nació entonces el «modelo Riace» de acogida, que cambió el destino de este alcalde y de un pueblo que se despoblaba a ojos vista.
Riace, situado en la Locride –tierra de la 'Ndrangheta, la mafia calabresa–, tuvo la intuición de que podía evitar la muerte de su pueblo con los inmigrantes. Riace había tenido más de 3.000 habitantes, pero la mayoría se había marchado. En estos años, a los 1.600 habitantes que quedaban en Riace se han unido casi 600 inmigrantes, un porcentaje notable.
El pueblo es célebre por sus dos maravillosas estatuas griegas del siglo V a.C., que dan fama mundial al municipio, al ser conocidas como «Los bronces de Riace» o «Los guerreros de Riace», encontrados en su mar en 1972.
Cae un mito
Mimmo Lucano se convirtió también en noticia internacional porque el 1 de octubre 2018 fue arrestado por la Guardia de finanzas bajo la acusación de favorecer la inmigración clandestina y fraude en la asignación del servicio de recogidas de basuras. Según la Fiscalía, organizaba «sin ningún escrúpulo, a pesar del papel institucional que desempeñaba, bodas de conveniencia entre los habitantes de Riace y extranjeras, para favorecer de forma ilegal la permanencia de estas últimas en territorio italiano».
Poco después, Lucano fue puesto en libertad, recibiendo la solidaridad de la izquierda y de asociaciones progresistas, que siempre lo defendieron.
Ahora ha caído ese mito, porque el viento de la Liga ha soplado muy fuerte en toda Italia, convirtiéndose en el primer partido del país,superando el 34% de los votos en las elecciones europeas.
Además de Riace, cabe destacar el caso de Lampedusa, donde la Liga, antes inexistente en ese territorio célebre por la acogida de inmigrantes, consiguió el pasado domingo el 45,85% de votos, un resultado que ha hecho también exultar a Matteo Salvini, porque esa isla, considerada «frontera de Europa», es todo un símbolo.
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