Un vistazo rápido a la historia reciente de España revela nuestra incapacidad para generar una élite alternativa a esa oligarquía plutocrática (tan necrosada como estúpida) que nos gobierna desde un Sistema burocrático al que buena parte de la ciudadanía “hipnotizada” rinde pleitesía: atentado en Atocha, impunidad política de ETA, atentado en Las Ramblas, Pandemia de Corona, innumerables casos de corrupción en la partidocracia... Y ahora miles de vidas cercenadas por la negligencia y el desamparo. Habrá que explicar a los nietos por qué dejamos que sucediera.
- Las consecuencias de la gota fría en Valencia a la luz de los grandes clásicos de la teoría política como Bertrand de Jouvenel pone sobre la mesa con total claridad que esto va de matar al Minotauro antes de que él te mate a ti. Lo que está haciendo el poder con sus ciudadanos no es dejadez, es sacrificio ritualizado, a la manera de Saturno devorando a sus hijos;
- Ante la evidencia manifiesta de la actualidad, conviene despertar de una vez: existe un Estado Profundo español igual que hay un Deep State norteamericano. Es real. Y luchar contra él no es una elección: se trata de un asunto de supervivencia. Enterrar a las víctimas y restaurar el orden social es el primer paso... Después hay que depurar responsabilidades con el Sistema. Para evitar futuras masacres y hacer justicia con las ya acontecidas;
- Sin duda alguna la pardidocracia del PSOE y el PP es una parte importante del problema… Pero las responsabilidades no deben acabar en los partidos políticos: a nivel nacional y regional, los principales nombres de cada Gobierno son sustituidos a los pocos años... Mientras que los artífices del Estado Profundo español, esto es, altos cargos del funcionariado, magistrados, militares, miembros de servicios secretos... son el poder fáctico que se perpetúa a lo largo de décadas, velando en exclusiva por sus propios intereses;
- Es el momento de desprenderse de la ingenuidad, ante las imágenes de dolor y asumir de una vez que el Estado tiende por naturaleza a la dominación. Su naturaleza es la guerra y su fundamento son las fuerzas armadas. Domina en la guerra contra otras naciones o contra aquellos ciudadanos a los que no puede someter empleando para ello los impuestos, a la policía o la ley;
- Se reclama la ayuda de las fuerzas militares del Estado. Es cierto que su ayuda puede ser útil en este momento, pero conviene recordar que el ejército, como todo brazo del poder, no es la solución... Y que ya caímos en ese error mortal durante la pandemia: el aplauso a los sanitarios. Por medio del ejército es como el Estado ejerce el monopolio de la violencia; y por eso en los EE. UU. se puede ir armado: independencia del Estado es libertad, e independencia sanitaria es verdadera salud, que también es otra forma de libertad;
- A nivel no sólo social, sino también en lo estrictamente político, el surgimiento de los voluntarios es el acontecimiento más importante que ha ocurrido en España en décadas: política fuera de los partidos y su falso simulacro de alternativas; porque lo de los voluntarios no es un simulacro ni es solamente ayuda ante la catástrofe: es política real y de participación contra política de Estado. Poder hecho de abajo a arriba para mejor subvertir la dominación del 78 ejercida de arriba a abajo desde hace 40 años;
- A pesar de lo que dicta la letra muerta, el pueblo español no es soberano... Sino súbdito del Estado, del poder, del Sistema. Como evidencia la actualidad, sólo el pueblo salva al pueblo, es decir, sólo el pueblo hace política para el pueblo: con puntos de apoyo, caminatas, palas y botellas de agua. Y sin necesidad de urnas;
- Se percibe un nerviosismo importante en la partidocracia y, más aún, en el Estado Profundo español. Y esa incertidumbre es tan peligrosa como oportuna, si se sabe aprovechar. El Régimen del 78 en su conjunto tiembla ante la marea de voluntarios surgidos de entre el pueblo para salvar al pueblo de las garras del Sistema. A diferencia de los medios de comunicación, los voluntarios no dependen de una ideología o de un partido: son libres y auténticos refractarios al Sistema. Por eso generan temor en los verdugos de Valencia;
- Si a partir de la masacre consentida en Valencia se organiza una red eficaz de desobediencia civil, que haya aprendido aquello que fue un lastre en el COVID o en Ferraz, tal vez se pueda soñar con una alternativa real al Sistema. El pueblo español frente al Régimen del 78. Todo lo que no parta de ese eficaz eslogan está condenado a ser reintegrado en el Sistema, como ocurrió en su momento con el 15M y todos los partidos políticos surgidos de él (Podemos, Ciudadanos, etc.);
- Se ha restringido la movilidad en las zonas afectadas. Y no es casualidad. Se promueve, una vez más, el confinamiento. Al tiempo que se disuade cualquier ayuda ciudadana. Todo ello, por supuesto, según la óptica vertical que ha establecido el poder. Sin los voluntarios se acaba la ayuda y todo depende de los profesionales atados de pies y manos por el poder. En otras palabras: se les está regalando el control a nuestros verdugos. Y sin los voluntarios, de nuevo, se acaban los testimonios no deseados, la incómoda presencia de los testigos ante los cadáveres por llegar. Y, con ello, se garantiza el establecimiento de cifras falsas, además de la concesión al poder de una capacidad que no va a desaprovechar: la limpieza de responsabilidades sin que rueden cabezas;
- No olvidemos que, por encima del Estado Profundo español, existe un eficaz Deep State internacional en Occidente. Las políticas "verdes" de la Unión Europea en la gestión del territorio español tienen mucho que ver con la catástrofe acontecida. El universalismo aspira a superar a la Iglesia y al Estado con un sometimiento de distintos territorios nacionales bajo un mismo poder internacional;
- ¿Qué se puede deducir de la lamentable cobertura de la catástrofe por parte de todos los medios de comunicación oficiales y oficiosos (a excepción hecha, una vez más y como ya ocurriera en 2020, de Íker Jiménez)? Guerra de alimañas, perdón, de partidos, a la luz de los acontecimientos: el PP culpó al PSOE de la dejadez y el segundo ha retrasado en todo lo posible la ayuda para dejar solo al primero en la gestión de la catástrofe. Mientras tanto, sufre el pueblo. Y se escurren las verdaderas responsabilidades por las que podríamos llegar a marcos de violencia justiciera impartida por el pueblo;
- Lo fundamental es recordar que ahora mismo en Valencia hay bebés ahogados y ancianos sepultados. Los supervivientes duermen encima de garajes sembrados de víctimas. Los medios de prensa oficiales ignoran una realidad que a nivel internacional ya es manifiesta. No estamos sufriendo una negligencia, sino un plan. No podemos perdonar a aquellos que han orquestado y ejecutado el plan;
- Las cifras de desaparecidos y muertos siguen sin esclarecerse, las calles permanecen a oscuras, los robos y ocupaciones cunden por doquier, la ayuda efectiva se retrasa durante horas decisivas, y se decide centralizar a los voluntarios y restringir su movilidad y su visibilidad. Al Poder le importa más mantener el control que salvar vidas. Y eso tampoco lo podemos olvidar;
- Lo que se ve todas las noches en pueblos como Paiporta es un ensayo general de apagón, donde además se hacen evidentes las consecuencias de la dependencia del Estado y la desaparición del dinero físico alentada por el Mercado. Por eso, ante la caída simulada del Sistema que en realidad rehúsa acudir a salvar, resalta la importancia de redes alternativas y patrióticas de resistencia ciudadana: ejemplo, ValentiaFórum, en el epicentro de la catástrofe, y Espacio Ardemans desde la capital del país. Hubo gente que me dijo hace menos de un mes, cuando fui a dar una charla a varias de estas asociaciones distribuidas por España: ¿no te genera reparos ir a dar charlas en locales de ultraderecha? Ahora son esos "peligrosos fascistas" de Madrid y Valencia y Zaragoza y Salamanca los primeros en ayudar mientras los antifas y demás biempensantes permanecen apoltronados ante el boletín de noticias de RTVE;
NOTA FINAL: «Largos períodos de paz promueven ciertas ilusiones. Una de ellas es creer que la inviolabilidad del hogar se basa en la Constitución. En realidad, se basa en el padre de familia que se encuentra en la puerta, rodeado de sus hijos, hacha en mano» (Ernst Jünger, La emboscadura).
¿De qué va el n.º 1 de
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Va... de tantas y tan actuales cosas
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