Como si estuviéramos viviendo entre las páginas de un libro de los que escribiera aquel anciano de fornidas barbas blancas, padre de todo lo que sabemos, acaba de saltar la noticia que parece confirmar ciertos elementos de su doctrina.
Les propongo, amigos, festejar jubilosamente este 2.777.º aniversario del día en que Rómulo, marcando en la tierra la linde delimitadora de la Ciudad, fundó a Roma. Nos fundó a todos.
¿Por qué hablar de «derechona»? ¿Por qué usar este sufijo, entre burlón y despectivo, que resalta lo que de blanduzca y bobalicona tiene semejante derecha?