En el año 1908, desolado por la relación amorosa de su esposa Mathilde con el pintor Richard Gerstl —la Viena de principios del siglo XX registra una interesante combinación de cuernos y talento—, Schönberg compone su Cuarteto n.º 2, en cuyo cuarto movimiento se prescinde por primera vez de la tonalidad y una voz de soprano canta unos versos de Stefan George: «Ich fühle luft von anderem planeten» [Siento el aire de otros planetas], acentuando la sensación de sumergirse en lo desconocido. Esta semana la NASA nos ha sorprendido al anunciar el descubrimiento de al menos siete planetas —tres de ellos susceptibles de albergar vida— orbitando en torno a una enana roja con un nombre, Trappist-1, que evoca por igual severos silencios monásticos, cervezas robustas y una empalagosa, canora familia.
Planetas
La NASA nos ha sorprendido al anunciar el descubrimiento de al menos siete planetas —tres de ellos susceptibles de albergar vida— orbitando en torno a una enana roja. Ante hallazgos así se siente una mezcla de esperanza, melancolía y acaso terror.
En el año 1908, desolado por la relación amorosa de su esposa Mathilde con el pintor Richard Gerstl —la Viena de principios del siglo XX registra una interesante combinación de cuernos y talento—, Schönberg compone su Cuarteto n.º 2, en cuyo cuarto movimiento se prescinde por primera vez de la tonalidad y una voz de soprano canta unos versos de Stefan George: «Ich fühle luft von anderem planeten» [Siento el aire de otros planetas], acentuando la sensación de sumergirse en lo desconocido. Esta semana la NASA nos ha sorprendido al anunciar el descubrimiento de al menos siete planetas —tres de ellos susceptibles de albergar vida— orbitando en torno a una enana roja con un nombre, Trappist-1, que evoca por igual severos silencios monásticos, cervezas robustas y una empalagosa, canora familia.
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