El Parlamento Europeo nos pone verdes (nunca mejor dicho)

¿Le importa a alguien en España el medio ambiente?

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Los errores –o delitos– urbanísticos suelen ser irreparables. Más de un alcalde español conseguiría destruir Venecia en sus cuatro años de mandato, y lo peor es que podría hacerlo con la mejor voluntad del mundo, ebrio de insobornable contemporaneidad.

Pues bien, el Parlamento Europeo no parece estar de acuerdo con la forma de ver las cosas que predomina en algunas partes de España y aprobó por muy amplia mayoría, hace casi medio año, el Informe Auken (así llamado por el nombre de su ponente, la señora Margrete Auken, diputada danesa de los Verdes) que critica los abusos urbanísticos en España y señala la alarmante falta de confianza de los denunciantes en el sistema judicial español.

El informe se centra en tres puntos que suscitan las principales denuncias recibidas en la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo: el incumplimiento de la normativa europea sobre medio ambiente (urbanizaciones en plena Red Natura 2000, falta de evaluaciones de impacto ambiental, etc.), la mala gestión del agua y las expropiaciones abusivas de terrenos.

Pero lo más triste y revelador es que el asunto prácticamente no ha suscitado interés en España. Diríase que al igual que los eurodiputados de los principales partidos españoles votaron en contra de este informe o se abstuvieron, los medios de información de nuestro país antepusieron otras consideraciones a los principales intereses nacionales e incluso internacionales, que incluyen respetar el medio ambiente en España. Por no hablar de una especie también en peligro de extinción llamada el Estado de Derecho.

Además, el informe recuerda ominosamente que la Comisión puede suspender a un Estado miembro los fondos estructurales y el Parlamento Europeo puede colocar en reserva los fondos destinados a políticas de cohesión. Pero pese a todo eso, y al hecho de que ésta es la tercera vez que el pleno de la Eurocámara toma posición sobre este asunto, fascina ver hasta qué punto en España el asunto interesó poco en su día y ahora ya no interesa nada a nadie. Incluso las oenegés ecologistas, con pocas y honrosas excepciones, pronto se desentendieron de esta cuestión.

¿Será posible que todas las fuerzas vivas de un país sucumban a la amnesia colectiva?

© Blog del Marqués de Tamarón

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