“Y veinte años no es nada”, como dice el tango. Si no se actúa con urgencia y se reducen las emisiones de dióxido de carbono, resultará imposible evitar que las temperaturas del planeta se caliente en una media de 2º C, umbral que se considera peligroso para la vida. Ésta es la conclusión que establecen dos estudios publicados esta misma semana por la revista Nature, lo cual constituye una grave advertencia lanzada a la sociedad y a quienes están empeñados en considerar el cambio climático como una falacia izquierdista.
Un equipo alemán dirigido por Malte Meinshausen, del Instituto de Investigación del Cambio Climático de Postdam, calculó cuánto CO2 se puede aún emitir para no alcanzar esos dos grados de aumento.
La conclusión de dicho equipo científico es inequívoca: entre 2000 y 2050 no se puede emitir más de un billón de toneladas de dióxido de carbono. Pero lo grave es que el mundo ya ha emitido un tercio de esa cantidad en los nueve años que van desde el comienzo del siglo XXI. “Si seguimos quemando combustibles de este modo, en veinte años se habrá extinguido toda nuestro reserva y resultará inevitable que se produzca un aumento de 2º C de la temperatura”, indica Meinshausen, después de trabajar tres años de trabajo con científicos británicos, canadienses y alemanes.
Según sus conclusiones, como ya señalaba el Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC) en 2007, hay que cortar, respecto a los niveles existentes en 1990, más de la mitad las emisiones para 2050. Si ello se consiguiera —y parece difícil—, el riesgo de superar esos dos fatídicos grados de calentamiento quedaría reducido a un 25%, aunque tampoco se eliminaría, “y no debemos olvidar que esa temperatura supondría la mayor variación climática que la vida en la Tierra ha experimentado desde que existimos los humanos”.
Los expertos de Postdam, que han tenido en cuenta varios factores ambientales, señalan también que no se puede quemar más de una cuarta parte de las reservas actuales de gas, petróleo y carbón en los próximos cuarenta años sin que se provoque un desastre. “Cada día que pasa sin que se tomen medidas, estamos consumiendo una gran parte de nuestra reserva”, asegura Reto Knutti, coautor de este trabajo.
La segunda investigación, dirigida por el británico Myles Allen, de la Universidad de Oxford, fija el límite de los 2º C en que se emitan 3,7 billones de toneladas de CO2 durante un periodo al que denomina “Antropoceno”, y que iría desde finales del siglo XVIII al año 2500.
Y lo que sucede es que… de esa cantidad, ya sólo nos quedaría la mitad. Allen y su equipo hacen hincapié en el peligro de centrar las políticas en objetivos de reducción de emisiones, sin tener en cuenta que el dióxido de carbono tiene un efecto acumulativo. “La madre naturaleza no sabe de datos. Para evitar un peligroso cambio climático debemos limitar el total de carbono acumulado que inyectamos en la atmósfera, no sólo el ratio anual de emisiones”, asegura dicho científico.
Meinshausen también defiende que la contaminación debe reducirse antes de 2020. “Si esperamos, los costes económicos y tecnológicos serán tremendos, mucho más de lo que hoy se considera políticamente factible”, asegura.
David Frame, de Oxford, pone la nota positiva: “Sabiendo que la capacidad de la atmósfera se agota, podemos ofrecer a la industria y a los gobiernos una dirección clara y simple para una planificación a largo plazo”.
Véase también:
Entrevista con Martín López Corredoira
"La propaganda ´científica´ contra el cambio climático"