No nos gusta colgarnos medallas, entre otras razones porque el profeta es odiado por los hombres que viven cómodamente instalados en el presente. Pero quienes sigan los artículos que publicamos en este rincón de papel y tinta recordarán el pronóstico electoral que hacíamos, hace ya cuatro meses: «Me provocan ternura esas gentes ingenuas que anhelan la convocatoria de elecciones generales, para desalojar al doctor Sánchez de la Moncloa. Habría que recordar que la gente vota según le convenga al Dinero, que tiene los instrumentos de ingeniería social necesarios para infiltrarse en las conciencias. Y al Dinero le conviene que en España gane las elecciones el doctor Sánchez, porque nadie ejecuta la agenda plutocrática con mayor eficacia y manteniendo apaciguadas a las masas cretinizadas. […] Con el partido de Estado comandado por el doctor Sánchez, el Dinero sabe que puede conseguir empleo precario y despido barato con paz social; sabe que puede desatar inflaciones monstruosas y pérdida abismal de poder adquisitivo de los salarios con paz social; sabe que puede imponer el otanismo como religión de culto obligatorio con paz social […]. Con la derecha en el Gobierno (incluso con sucedáneos febles, al estilo de nuestro somorgujo gallego),
El Dinero sabe que, sin el doctor Sánchez, padecería huelgas generales, protestas de niños pijos con ecoansiedad, de feministas con rabo y género fluido
el Dinero sabe que padecería huelgas generales, referendos secesionistas, protestas de antisistemas sistémicos, de niños pijos con ecoansiedad, de feministas con rabo y género fluido y hasta de monjas que quieren ser obispas. Nada de esto ocurrirá con un gobierno presidido por el doctor Sánchez».
Al Dinero le ha costado muchísimo conseguir la victoria del candidato que les garantiza la 'paz social'; tanto que no habría que descartar un bloqueo irresoluble y la repetición de elecciones (pero si esa repetición se produjera, el doctor Sánchez saldría beneficiado). Durante los últimos meses, la derecha española ha vivido sugestionada por encuestas demoscópicas euforizantes y por la 'opinión' y el 'análisis' de charlatanes de tertulia, lastimosos epígonos umbralianos y analistos hiperventilados, que han jaleado la «derogación del sanchismo» y afirmado que al doctor Sánchez sólo lo iba a votar Txapote y, si acaso, el tito Berni. Pero al doctor Sánchez también lo han votado los gerifaltes de Bruselas, los archipámpanos de la OTAN y los mandamases del foro de Davos, que son los que de verdad cuentan.
Durante estos meses en los que la derecha española ha vivido sugestionada hemos escuchado y leído infinidad de mamarrachadas, que presentaban al somorgujo gallego como un hombre preclaro y providencial. Ahora que Feijoo ha perdido su poder de sugestión convendría recuperar la cordura y empezar a escribir su apellido correctamente. Pues Feijoo logró que todo quisque (menos el menda, por supuesto) escribiera su apellido con tilde. Pero Feijoo es palabra llana y no aguda, como es llano y no agudo el hombre que no consiguió derogar el sanchismo y se conformó con derogar la ortografía.
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