La semana pasada, el servicio de inteligencia exterior de Rusia publicaba un comentario dedicado íntegramente a la cuestión francesa:
«Por orden de Macron y en contra de la opinión de los generales franceses, ya se está preparando el envío de un contingente de 2.000 soldados franceses a Ucrania.
»El ejército francés teme que sea imposible ocultar la operación y que el contingente se convierta en un objetivo prioritario legítimo para las fuerzas armadas rusas.
»En Ucrania ya han fallecido muchos franceses: París no conocía pérdidas parecidas desde los tiempos de la guerra de Argelia. El hecho de que decenas de ciudadanos franceses mueran en Ucrania se ha convertido en algo usual. El número de los caídos ya ha superado el umbral psicológico, y organizar funerales, pensiones y pagos para los fallecidos en tierra de nadie será cada vez más difícil.
»Entre los franceses caídos en Ucrania, el número de oficiales de rango medio es desproporcionadamente grande y ya surgen dificultades a la hora de buscar a quienes los reemplacen.
»Macron no quiere publicar la incómoda verdad sobre las víctimas, especialmente en el contexto de las masivas protestas antigubernamentales de los campesinos por todo el país, ya que éstas podrían alcanzar un nuevo nivel.
»A los militares franceses les espera “el destino de todos los franceses que alguna vez llegaron al territorio del mundo ruso empuñando una espada”»
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