Para algunos, la renovación y revulsivo del feminismo. Para otros, entre los que nos encontramos, un exabrupto de vulgaridad e histerismo. Guillaume Faye, al hilo de una iniciativa para imprimir en Francia un sello de correos con la imagen de la lider de Femen como nueva "Marianne" republicana, critica en este artículo la tolerancia y apoyo que se les presta desde el poder.
Este movimiento pseudo-feminista, que funciona con arreglo a la ya bien conocida lógica de las minorías del "agit-prop", consiste básicamente en organizar "happenings" de chicas con los pechos al aire, sobre los cuales se pintan esloganes anticristianos (en inglés, para mayor repercusión mediática internacional). Su objetivo principal es la Iglesia católica, una diana fácil y sin defensa, y su modus operandi es la profanación de los lugares de culto católicos. Se dedican a hacer manifestaciones cuya vulgaridad provocadora acaba dando al traste con su intención rompedora y termina siendo contraproducente.
El poder actual, cuya ideología es la de la paulatina destrucción de la identidad etnocultural autóctona, no solamente las deja hacer y no las sanciona, sino que las ayuda de manera cómplice. De hecho, se plantea la cuestión de "quién" financia a las Femen. En este sentido, la idea de imprimir un sello de correos con la efigie de la "pasionaria" Inna Shevchenko, icono del movimiento, despierta sospechas. Tratemos de comprender lo que pasa.
Para empezar, las Femen actúan en total complicidad con un gobierno y una ideología dominante, uno de cuyos objetivos es la paulatina destrucción de la identidad y las raíces del pueblo francés, de las cuales forma parte el catolicismo.
Un sello de correos oficial
La polémica del sello de correos oficial con la efigie de Inna Shevchenko habla por sí sola. Olivier Ciappa, su diseñador, aseguraba en el Huffington Post el pasado 15 de julio: "El diseño que he hecho representa a una Marianne con los rasgos de la líder de las Femen, Inna Shevchenko. Ella es quien mejor encarna los valores de la República, libertad, igualdad, fraternidad. La Marianne de los tiempos de la Revolución iba con los senos desnudos, entonces, ¿Por qué no rendirle homenaje a esta mítica Femen?"
Regreso a la época sombría del Terror
O dicho de otro modo, la República "laica" encarna los valores de las Femen, es decir, principalmente, la profanación de iglesias, como en… 1793, bajo el dominio del Terror.
De hecho, Claude Bartolone, Presidente de la Asamblea Nacional, ha declarado, respecto a las actuaciones de Femen, que la ley "no recoge como delito la blasfemia". Se estaba refiriendo a la blasfemia contra el catolicismo. Así, en la cuenta Twitter de las Femen podía leerse, como muestra de complicidad con el gobierno, la siguiente frase. "Femen se enorgullece de haberse convertido en símbolo oficial de Francia! Libertad, Igualdad, Femen".
Pacto con las “Pussy Riots” (en español: “coños amotinados”) de Moscú
Las Femen hacen equipo con las “Pussy Riots”, quienes profanaron en Moscú la catedral del Santo Salvador, lugar de culto ortodoxo de suma importancia para los rusos (1). Putin tuvo a bien librar a las tres mujeres de su merecida condena a tres meses de prisión. El hecho de que pecara de blando se debía a razones de imagen, de cara a los Juegos de Sotchi. Su verdadera motivación, so pretexto de reivindicaciones políticas carentes de interés, era únicamente hacer "ruido" mediático para convertirse así en estrellas y ganar dinero, por, o pese a, su absoluta nulidad artística.
En Francia, el mensaje de las Femen se articula en torno a dos tópicos: la lucha "antifascista" (viejo fantasma izquierdista trasnochado) y la protesta contra la supuesta represión sexual y el antifeminismo de esta mansa Iglesia que recibe todos los golpes, sin atreverse a devolverlos. (2)
Realmente, nos encontramos frente a un feminismo de nivel cero. La tolerancia de este gobierno (cuya columna vertebral es la vieja monserga “sesentayochera”, cual cocodrilo que agoniza lentamente antes de morir) hacia las Femen es igual de cobarde, igual de cínica que lo son sus integrantes. Porque si las Femen hubieran profanado mezquitas -senos al aire- y con esloganes estúpidos en inglés pintados sobre sus cuerpos, probablemente hubieran dado con sus huesos en la cárcel por "islamofobia", el nuevo pecado capital, ya que la "República" miedosa y pseudo-laica protege de hecho al intocable Islam, astuto e invasivo.
Si existe una ideología religiosa en plena expansión que predica la desigualdad de sexos, el puritanismo, el antifeminismo y el oscurantismo en todos los campos -y que no se caracteriza precisamente por su amor a la democracia- esa es el islamismo y no el cristianismo. Pero las Femen pertenecen a esa enervante categoría de los cobardes y colaboracionistas, que no se atreven a ir contra los poderosos pero que se ensañan con los débiles. Y así no corren ningún riesgo. Tan sólo una vez, la "pasionaria" Shevshenko colgó en su Twitter personal un mensaje en inglés cuya traducción es la siguiente: "¿Que puede haber más estúpido que el Ramadán?, ¿Qué puede haber más horrible que esa religión?". Comprendiendo que había metido la pata, borró inmediatamente aquel tweet incorrecto.
Pero las Femen y este gobierno socialista que las protege cometen un tremendo error: esa estrategia de provocaciones, insultos y humillaciones, sin correr riesgos, puede hacer despertar un volcán aparentemente en calma, pero cuya erupción inesperada podría tener efectos devastadores.
NOTAS:
1. Destruida por el régimen totalitario comunista (sustituida por una piscina), la catedral ortodoxa del Santo Salvador fue reconstruida por Yeltsin, tras la caída de la dictadura soviética. Simboliza el renacer de la libertad religiosa en Rusia, así como el alma de un pueblo. La profanación del altar central por las “Pussy Riots” (bajo un ridículo pretexto anti-Putin) no fue, en absoluto, considerada por el pueblo ruso como una afirmación de libertad, sino como una agresión hacia los sentimientos más profundos de un pueblo, y en el fondo, como un retorno enmascarado al anticristianismo comunista.
2. Todo esto lo digo desde mi no pertenencia a la órbita católica.
(Traducción de Veva Longoria)
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