Cornudos y apaleados
Cornudos y apaleados
Conmemorando tan señalada fecha
La situación empezaba a ser crítica para los nuestros —porque sintiéndolo mucho, señor presidente, allí los cristianos eran los nuestros—. Viendo lo cual Alfonso VII de Castilla cabalgó hacia el enemigo. Los reyes de Aragón y Navarra, con sus soldados aragoneses, catalanes y navarros, hicieron lo mismo.
El largo y venturoso reinado de Juan Carlos I ha permitido al Rey Emérito legar a su augusto hijo, cuyo trono concita nuestros unánimes sufragios, un país unido, sin tensiones separatistas, dirigido por políticos honestos y eficaces, que destaca por sus sólidas y respetables instituciones jurídicas, financieras y educativas.
¿Democracia? ¿Dijo usted democracia?