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El espía español, la oreja rusa y la sombra inglesa: vaya jaleo

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ÁNGEL MAESTRO

En días pasados Elmanifiesto.com ha informado sobre el conflicto diplomático y el empeoramiento de relaciones entre Rusia y Gran Bretaña, y la consiguiente escalada de represalias. Confirmando estas informaciones, en efecto, el Gobierno ruso contestó a la expulsión de cuatro de sus diplomáticos en Gran Bretaña con una medida similar, como era de esperar. Los lectores pueden recordar las distintas varas de medir que la política británica aplica en estas materias, según se trate de extradiciones pedidas por el gobierno británico o de extradiciones pedidas por otros países, incluso tan amigos como los Estados Unidos, Francia u otros; estas últimas siempre son denegadas.

La agresividad británica contra el Gobierno ruso a raíz del caso Litvinenko (aquel doble agente envenenado en Londres) ha ido en ascenso. El embajador ruso en Madrid, Alexander Kuznetsov, ha declarado a elconfidencial.com: “Los británicos nos han declarado la guerra y están presionando a los aliados”. Declaraciones verosímiles en el actual contexto. Los servicios secretos británicos, que ciertamente se cuentan entre los más preparados de todos los occidentales, parecen estar nerviosos ante el enfrentamiento diplomático con Rusia. Y aquí es donde entra el singular caso del espía español.

El agente Flórez

Según el embajador Kuznetsov, Londres pudo influir en el gobierno español para que éste revelara el nombre del ex agente Roberto Flórez García. Es comprensible la reacción del embajador ruso en España, como argumentación lógica frente a la hostilidad británica, cada vez más agresiva. Este comentarista conoce al embajador Kuznetsov, diplomático experimentado y profesional muy sereno y equilibrado, desde luego nada dado a exageraciones.

Sin embargo, para nuestra opinión, la sorprendente reacción del director del CNI, Alberto Sáiz, y por tanto del Gobierno español, convocando la chocante rueda de prensa, que ha causado evidente sorpresa entre los expertos en servicios de información, no parece estar en relación con las afirmaciones del embajador Kuznetsov.

La inusual convocatoria periodística  y la expectación causada en todos los medios informativos españoles no estaría justificada dada la poca trascendencia del ex agente, que si bien pudo tener acceso a información de interés, no podía acceder a materias sensibles a causa de la compartimentación existente en los servicios de información. Y puede afirmarse que en el CNI, donde desarrollan su labor muy eficaces profesionales, tal precaución se debe llevar a rajatabla. Más bien la realidad, según fuentes a las que ha tenido acceso Elmanifiesto.com, es la de que estaríamos asistiendo a un auténtico “parto de los montes”, por lo desmesurado y contradictorio entre la expectación y la realidad.

También ha causado extrañeza  lo inusual de la comunicación de la noticia, y ello por dos razones. Una: si, como parece, la información facilitada no era especialmente importante, entonces la noticia no necesitaba en absoluto tamaña alharaca, sino que bastaría con una comunicación más discreta; sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un caso, aunque no frecuente, tampoco inhabitual en el mundo de los servicios de información. La segunda razón es ésta: si, por el contrario, la información pasada por Flórez a los rusos era importante, y por tanto la noticia fuera trascendente, el curso lógico habría sido su comunicación a la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, y no la prioridad informativa conferida a una rueda de prensa.

Forzoso resulta pensar en una maniobra gubernamental que trasciende al  CNI, apuntando hacia esferas más altas.

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