Aquí se ventila su tranquilidad, amigo

Submarinos y petróleo: Chávez le toca las narices a Washington

Esto no es ninguna broma, y en Washington lo saben bien. A Hugo Chávez, en su reciente visita a Moscú, le preguntaron sobre la expectación despertada por la adquisición de submarinos rusos y su respuesta fue: “¿Por qué no?”. Venezuela tiene unas aguas territoriales con una extensión de medio millón de kilómetros cuadrados, equivalente a la superficie territorial de España. De momento, lo que se ha confirmado es su intención de seguir desarrollando la cooperación económica con Rusia, a la que califica de “alianza estratégica”. Uno de los aspectos de esa alianza es fortalecer la capacidad defensiva de Venezuela. Otro es aún más apetitoso: el sector energético.

Compartir en:

ÁNGEL MAESTRO
 

Los planes de Hugo Chávez suscitan la irritación de los Estados Unidos. Y no porque Washington vea en Venezuela una amenaza a su seguridad. Ni cinco ni nueve submarinos Diesel, incluso dotados de misiles tácticos, serían capaces de asestar daños serios a la Marina de los EEUU. Tampoco los 24 cazas Su-30 adquiridos en Rusia suponen ninguna amenaza al espacio aéreo estadounidense. Pero estas fuerzas navales y aéreas sí son suficientes para dificultar el acceso a los yacimientos petrolíferos venezolanos a los “huéspedes indeseables”.

Petrodólares en barra libre

Hasta ahora, Venezuela figuraba en el sexto lugar del mundo en el “ranking” de mayores reservas de hidrocarburos, evaluados en 77,7 mil millones de barriles. Pero las gigantescas reservas del Orinoco, según algunas estimaciones, pueden superar incluso a las de Arabia Saudí. La situación geográfica de Venezuela, mucho más cercana a los EEUU que los otros proveedores de petróleo, le ha permitido figurar entre los principales suministradores de hidrocarburos a los norteamericanos. A principios de este siglo, más del 60% del petróleo extraído en Venezuela se suministraba al área norteamericana. Venezuela suministra hoy a dicha zona 1,5 millones de barriles diarios, y Chávez, amenazador, ha asegurado que suspendería el suministro en caso de agresión estadounidense. El dirigente venezolano quiere que las grandes petroleras extranjeras creen empresas mixtas con la estatal PDVSA, transfiriendo el control de sus acciones a la Corporación de Petróleos de Venezuela.

Chávez cuenta con considerables cantidades de petrodólares para efectuar su política no sólo militar, sino de reformas en la agricultura, salud, educación, inspiradas ideológicamente en el modelo cubano. Venezuela suministra petróleo a Cuba, lo que ha supuesto un enorme alivio para la economía cubana. También interviene de forma decisiva en la modernización de la refinería cubana de Cienfuegos, construida por especialistas soviéticos, que podrá procesar 65.000 barriles diarios. Mientras tanto, Cuba envía médicos y personal docente a Venezuela. Podría decirse que Cuba suministra ideología y Venezuela aporta el dinero. Merced a ello, Chávez se propone aumentar y consolidar una alianza de países hispanoamericanos, con Bolivia y Ecuador (de momento), para crear una alianza independiente de la influencia yanqui en Iberoamérica. Varios de sus homólogos hispanoamericanos no apoyan los ánimos antiyanquis de Chávez, pero tampoco se muestran reticentes a la posibilidad de fortalecer su independencia respecto a EEUU a expensas de un petróleo tan barato como el venezolano.

Debido a ello, ha sido unánimemente apoyado el proyecto de gasoducto transcontinental, al que se incorporará el gas boliviano, y que cruzará desde Venezuela hasta la Argentina pasando por Brasil, Uruguay y Paraguay. Serán 8.000 kilómetros de longitud, con un coste de 23 mil millones de dólares. El consorcio ruso “Gazprom”, con experiencia en tendido de gasoductos, se ha mostrado inmediatamente dispuesto a prestar su ayuda a los países iberoamericanos en la realización del proyecto. Ya ha firmado con los participantes en el Gasoducto Sudamericano los primeros documentos al respecto. Chávez ha considerado altamente satisfactoria la ayuda de las compañías rusas: además de Gazprom, en Venezuela también está presente Lukoil, que está evaluando los inmensos recursos de crudos en  el Orinoco.

China, deseosa de obtener hidrocarburos en zonas menos conflictivas que el Oriente Próximo y Medio, se ha mostrado interesada en los suministros de petróleo y gas de Venezuela. Es sabido que China está construyendo el primer satélite venezolano –naturalmente, satélite “Simón Bolivar”-, destinado a la difusión de noticias a Sudamérica, rompiendo el monopolio de comunicación existente hasta ahora, y que ingenieros y técnicos venezolanos se encuentran en China. Durante su visita a Pekín, Hugo Chávez firmó un contrato para aumentar en seis veces las exportaciones de petróleo venezolano a China, desde 150.000 hasta un millón de barriles diarios. Pero no es sólo China: también las compañías japonesas “Mitsui Bussan” y “Marubeni” han firmado un contrato por un plazo de quince años para recibir 200 mil barriles diarios.

Inquietud en Washington

Washington está preocupado, y el presidente Bush, en su presentación al Congreso de los Estados Unidos del mensaje anual a la nación, dedicó la mitad de su informe a las medidas para garantizar la seguridad energética. Los EEUU, señaló Bush, dependen en gran parte del petróleo importado de regiones políticamente inestables, debiendo proceder urgentemente a reducir dicha dependencia mediante el desarrollo de energías alternativas. Pero como parece que pasará bastante tiempo antes de que éstas sean verdaderamente efectivas (exceptuando la energía nuclear), actualmente EEUU está recurriendo a todas las formas de presión sobre Venezuela. El Congreso muestra su preocupación por la dependencia estadounidense respecto del petróleo, dependencia que no permite a los EEUU alcanzar algunos de sus objetivos estratégicos, mientras que el valor creciente del petróleo brinda a Irán y a Venezuela la posibilidad de desestimar los intereses yanquis.

Las perspectivas de los mercados de hidrocarburos no parecen favorables para los EEUU. En 2007, según pronósticos de su Secretaría de Industria Energética, el consumo mundial de petróleo aumentará en 1,4 millones de barriles diarios, y en 2008, en 1,6 millones de barriles. Este año el consumo mundial de gas natural se incrementará el 3,4%, y en 2008, en un 0,9% más. En 2007 y 2008, casi la mitad del aumento mundial del consumo de petróleo corresponderá a EEUU y a China, a pesar de los colosales esfuerzos de esta última en el aumento de la energía nuclear.

El malestar mundial frente a Washington crece en el asunto del petróleo: a los norteamericanos les acusan de egoísmo, ya que la tarea de administrarlo corresponde en primer lugar a los países extractores. Aunque éstos deben tener en cuenta los intereses de la comunidad mundial, sería absurdo que actuasen en perjuicio propio.

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar