CURZIO MALATESTA
Esto se hunde. ¿O no? Si bien no nos gustan las campañas de terror, a las que somos tan sensibles en estos tiempos de masas como lo han sido las turbas de todos los tiempos… tampoco nos gusta el stay calm and follow me de los flautistas de Hamelin. Seguramente porque intuimos que o nos espera el precipicio, como a las ratas indeseables, o la perdida de contacto con nuestros padres, para siempre.
Mantener la cabeza fría es difícil. Los sitios seguros se confunden con aquellos que preparan nuestra caída. Los hechos son que los mandatarios, fuente de refugio, moderación y sabiduría, no recogen nuestra fe y se empeñan en provocarnos tanta inseguridad como las amenazas. Porque las amenazas existen y son tales.
En la madrugada de este viernes, a eso de las
Venus Dies, dia de Venus-Afrodita en la tradición greco-latina. Frige’s Day, el día de Frige-Freyja en la tradición germánica. En este día nombrado tras la diosa de la belleza en la mayor parte de Europa, nos hemos encontrado con una nueva amenaza de carnicería en la otrora Londinium, hoy Londonistán. No se sabe aún si ha sido otro intento fallido de alguna espada local del imperialismo de baja cota islámico.
Algunos “auténticos musulmanes”, moros nuevos, como se autocalifica Ibrahim Cabrera (véase el blog de Laínez en este periódico), nos dicen que el Islam no tiene nada que ver con eso. No es eso, ni es autoridad, ni doctrina… que está detrás del Renacimiento en Al Andalus, etc.
Este seguidor del flautista de Hamelin, seguro que magnífica persona, educado y de conversación tranquila y alegre, nos describe
Hay que convertirse. Hay que someterse.
Pues de eso se trata todo, hermanos. O tú o yo. Porque los dos a la vez no vamos a llevar jamás la razón.
No nos quieren liberar. Se quieren imponer. Sólo que no hay lo que tiene que haber para hacerlo por las bravas, o sea varios batallones de marines, harriers, buques y submarinos nucleares…
Tan antiguo como el mundo, aunque con estas formas, supongo, que vienen dándose sólo desde hace un par de milenios.
Libertad… Igualdad… Te voy a dar yo… -dijo el centurión Borricus aferrando la empuñadura del gladio mientras escuchaba el sermón del agitador extranjero.
¿No os gustan las violencias de mi camarada Borricus? Pues nada, tomad “una razón”, del principio de aquel declive hermoso que fue el humanismo renacentista, para contraponérsela al moro nuevo de Almodóvar del Río. Y mirad este cuadro del paparazzi de los dioses, Botticelli, que capturó como nadie el Nacimiento de Venus… de las aguas.