Alexeï Miller presidente del gigante energético ruso Gazprom se ha reunido en Teherán con los ministros del Petróleo y Energía de Irán y de Qatar, los cuales han decidido crear una “troika” de los principales productores mundiales de gas. Los tres países representan algo más del 60% de las reservas conocidas de gas.
Más del 30% del gas consumido en Europa es importado por oleoducto desde Rusia, lo cual significa que la nueva troika puesta en pie por Rusia, Irán y Qatar podría constituir un eje peligroso para Europa. Y ello desde varios puntos de vista.
Desde un punto de vista político, es evidente que dicha troils defiende intereses distintos a los de los gobiernos europeos. No cabe duda de que las relaciones entre Rusia y la Unión Europea se encuentran atascadas, como lo prueba la falta de resultados que viene siendo habitual en todas las cumbres entre Rusia y la Unión Europea que se han celebrado a lo largo de estos últimos años, la más reciente de las cuales, celebrada en Niza, no ha constituido ninguna excepción. Las prioridades de la UE con respecto a Rusia, así como las intenciones de esta última en relación con los Veintisiete van cambiando de forma visible.
El fruto más tangible de las reuniones Rusia-UE es que los temas de seguridad han pasado al primer plano de las relaciones bilaterales, quedando los demás aspectos en la periferia después que el presidente ruso Dimitri Medvédev anunciase el despliegue de mísiles en la zona de Kalinigrado para neutralizar la instalación del escudo antimisiles en Polonia y Chequia.
El mandatario francés Nicolás Sarkozy, quien ejerce la presidencia rotatoria de la UE, recabó del presidente ruso la promesa de no emplazar mísiles antes de que se negociaran las nuevas condiciones para garantizar la seguridad en Europa.
Fuentes rusas solventes que ha podido conocer Elmanifiesto.com testimonian que las oportunidades de diálogo se han agotado y que las relaciones de cooperación entre Rusia y la UE se encuentran hoy en un callejón sin salida, habiéndose transformado las cumbres Rusia-UE en un foro huero para debatir planes e intenciones.
Por otra parte el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, ha enviado recientemente una señal a Occidente. Al haber Estados Unidos decidido imponer sanciones a trece empresas y organismos que trabajan con Irán, y entre ellos el exportador ruso Rosobo-Ronexport, el ministro ruso ha prevenido: “Si alguien en Washington cree que de esta manera Estados Unidos podrá influenciar a Rusia para que acepte el punto de vista norteamericano en la resolución del problema nuclear iraní, se equivoca totalmente”.
En pocas palabras, Rusia ha hecho saber de esta forma que ha vuelto a un primer plano de la escena internacional y no se va a dejar dictar órdenes por parte de Washington
