Wolfowitz quiere irse con 300.000 dólares bajo el brazo

El presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, abandonará esta institución el próximo 30 de junio tras dejar serios borrones en su historial. Según su contrato, si daba por terminadas sus relaciones con el banco, se le pagaría el equivalente a un año de salario. Wolfowitz ganaba 302.470 dólares limpios de polvo y paja, pues el banco le sufragaba todos los impuestos, según informa The New York Times. Además, el presidente recibía 141.220 dólares anuales para otros gastos.

Compartir en:

CARLOS SALAS

La duda que se presenta ahora al consejo del banco es si se le debe pagar una indemnización por un año de trabajo, ya que su contrato no hablaba de qué había que hacer en caso de que le obligaran a dimitir. ¿Indemnización por despido?

Ya resulta bastante bochornosa la imagen que el Banco Mundial está dando con el caso Wolfowitz, para que encima tenga que pagar una cantidad con la que podrían vivir un año entero cientos de miles de familias del tercer Mundo, es decir, de esos países a los que teóricamente Wolfowitz ayudaba a salir de la miseria. 

La gota que derramó el vaso de la paciencia de esta institución de 60 años de vida llegó hace pocas semanas, cuando se supo que Wolfowitz había subido escandalosamente el sueldo a su compañera sentimental, Shaha Ali Riza. Esta mujer, funcionaria del banco cuando Wolfowitz fue nombrado presidente en 2005, trabajaba como relaciones públicas del departamento de Oriente Medio. Poco después, Wolfowitz confesó su relación con Riza, y según las normas del banco, ella no podía estar bajo sus órdenes. De modo que se buscó otro puesto para ella, y se le consiguió en el Departamento de Estado. En algunas ocasiones, los miembros del Banco Mundial realizan una comisión de servicio en otras instituciones, pero son pagados por el banco. El sueldo anual de Riza pasó entonces de 133.000 dólares a 193.000 dólares, un aumento de casi el 50% y que escandalizó a la asociación de empleados del Banco Mundial, que representa a 10.000 personas.

Riza es británica de origen libanés, educada en Arabia Saudí. También se supo que Riza trabajaba como consultora para una compañía privada que tenía negocios con el Pentágono, pero no informó de ello al Banco Mundial, como indican las normas internas.  

Antes de que se destapara el escandaloso aumento de sueldo de Riza y su misión en el Departamento de Estado (donde ganaba más que la secretaria de Estado Condoleeza Rice), Wolfowitz tuvo tiempo para ridiculizar la imagen del banco cuando se presentó en una mezquita, y obligado a quitarse los zapatos, como es de rigor en los países musulmanes, enseñó dos calcetines rotos por donde asomaban los dedos de los pies. La imagen dio la vuelta al mundo y causó una profunda estupefacción en la respetable institución.

Wolfowitz es conocido por ser uno de los halcones de George Bush, y uno de los políticos neocons que más presionó para declarar la guerra a Irak, e invadir ese país. Es uno de los discípulos ideológicos de Leo Strauss, un judío europeo emigrado en la Segunda Guerra Mundial, que apoya el Estado de Israel, y la guerra contra Irak. 

Wolfowitz, también judío, tiene 63 años. Es hijo de un matemático reconocido de origen polaco llamado Jakob Wolfowitz. Tras treinta años de matrimonio, Paul Wolfowitz se divorció de Clare Selgin Wolfowitz. Fue nombrado presidente del Banco Mundial en junio de 2005. Ha sido colaborador de casi todos los gobiernos republicanos desde la etapa de Nixon. Y en la etapa vigente de George W. Bush fue vicesecretario de Estado de Defensa, la mano derecha de Donald Rumsfeld.

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar