Ángel Maestro
Entre las que figurarán posiblemente como últimas declaraciones suyas en calidad de presidente, Vladimir Putin ha afirmado que Rusia tomará medidas idóneas si los Estados Unidos instalan en la Europa del Este el escudo antimisiles. “Vamos a responder porque si no lo hacemos estos sistemas podrían controlar el territorio ruso hasta los Urales”. “Cualquier otro país haría lo mismo”, declaró Putin tras sus conversaciones con el presidente checo Václav Klaus.
El plan estadounidense “altera radicalmente el sistema de seguridad en Europa e implica la misma amenaza que el despliegue de los misiles crucero Pershing –asegura Putin-. Es más que un sistema defensivo, es parte del sistema estadounidense de armas nucleares estratégicas”.
El pronto ex mandatario ruso señaló que Moscú no piensa inmiscuirse en los debates políticos internos que se desarrollan en Polonia y en la República Checa, países elegidos por Washington para acoger los elementos del nuevo sistema antimisil. Al mismo tiempo Putin cree necesario que Varsovia y Praga tengan “información objetiva” sobre la postura rusa. Para ello Putin sugirió organizar en el seno del Estado Mayor General ruso una discusión “abierta, transparente y honesta” sobre este tema con la participación de expertos militares checos.
Si la República Checa dice “sí” a los planes de Washington, Moscú no va a suspender sus programas de cooperación económica y comercial con Praga. “Seguiremos desarrollando las relaciones con todos los países europeos, incluida Chequia”, agregó Putin, pero precisó: “Sin embargo, las amenazas y el riesgo de daños o hasta destrucción se van a multiplicar fuertemente”.
Justificar el despliegue del sistema DAM estadounidense con la amenaza terrorista es “simplemente ridículo”, considera el mandatario ruso. “Los terroristas usan otros métodos. Es necesario neutralizar la amenaza terrorista con la cooperación, no con la confrontación”. Corea del Norte e Irán, según Putin, no tienen ni tendrán en un futuro próximo misiles de largo alcance. “Estamos dispuestos a invitar a expertos polacos, checos o de otros países europeos para demostrarles con la ayuda de los materiales más sencillos, que los terroristas, Corea del Norte e Irán no disponen de tales sistemas”. Y concluye: “No entendemos qué sentido tiene armar en Europa ese alboroto armamentístico”.
¿De dónde ha salido Medvedev? El prestidigitador Putin sacó de su sombrero no a Serguei Ivanov, como pronosticaban tantos medios informativos, sino a Dimitri Medvedev, entronizado como su candidato a la presidencia de Rusia en las elecciones de marzo de 2008. Las elecciones de este domingo han confirmado la apuesta de Putin. Al igual que ocurría con los vaticinios de los sovietólogos de antaño, los “kremlinólogos” actuales continúan por la misma senda de pronósticos frustrados. “Dima”, como le conocen sus amigos, es un jurista de 42 años, diplomado en la Universidad de Leningrado en 1989, justo en el momento en que el comandante del KGB Vladimir Putin retornaba de su misión en la hoy extinta República Democrática Alemana, para integrarse en el círculo del alcalde de Leningrado (hoy San Petersburgo), Sobchak. Éste soñaba con hacer de su ciudad y de su puerto la plataforma de las relaciones económicas con el Oeste europeo y especialmente con Alemania. Ahí comenzó la carrera de Medvedev, siempre al lado de Putin. Hoy le coge el relevo.
