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La independencia de Kosovo sigue levantando ampollas en Europa

Que no le quepa duda a nadie: el acontecimiento histórico que estamos viviendo no es nuestra campaña electoral, sino la independencia de Kosovo, y sus consecuencias no tardarán en alcanzarnos. En Europa, cobarde testigo de esta atrocidad, sigue habiendo voces disconformes. Como la del periodista italiano Sergio Romano, del Corriere Della Sera.   La independencia de Kosovo: el fin de Europa El nuevo Estado de Kosovo: una “píldora del día después” Musulmanes de Rusia critican la independencia de Kosovo

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RIA Novosti
 
La independencia de Kosovo está siendo reconocida porque es lo que pretendía EEUU, escribe el famoso periodista italiano Sergio Romano en un artículo publicado el sábado en el rotativo Corriere della Sera.
 
Existen imágenes televisivas de la reunión que los cancilleres de las principales potencias occidentales celebraron en Rambouillet, en febrero de 1999, para preparar una serie de documentos sobre Kosovo, recuerda el articulista. Una de las secuencias retrata a Madeleine Albright, la secretaria de Estado de EEUU en aquellas fechas, "dando un abrazo afectuoso a un joven alto, magro y visiblemente feliz de la acogida que le dispensa la canciller de la mayor potencia mundial". "El joven era Hashim Thaci, hoy en día, primer ministro de Kosovo y en aquel entonces líder de la guerrilla kosovar mejor conocido por su nombre de batalla, "Serpiente".
 
La resolución número 1160 del Consejo de Seguridad de  la ONU, aprobada casi un año antes del encuentro de Rambouillet, condenaba al Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) como organización terrorista. "Sabemos que los americanos no hablan con los terroristas... pero en aquella ocasión quisieron que el ELK estuviera en Rambouillet y fuera un interlocutor legítimo para la diplomacia internacional", señala Romano.
 
Aprovechando la fragmentación de la URSS y de Yugoslavia, EEUU procura extender su influencia a los nuevos países independientes, les ofrece el ingreso en la OTAN y exhorta a la Unión Europea a que los acoja en su seno. "Lo hace con un objetivo doble: irritar a Rusia, golpeando sus intereses, y diluir a la UE, para que le sea más difícil elaborar una línea común en materia de política exterior. Entiendo que la independencia de Kosovo pueda complacer a EEUU y a Gran Bretaña pero me cuesta trabajo entender por qué les gusta a Francia, Alemania e Italia", concluye el articulista.

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