Marco Bardazzi
Ha batido los pronósticos de los sondeos, los juicios de los comentaristas y hasta las caricaturas que se han lanzado sobre su personaje. Mike Huckabee ha sido la verdadera sorpresa del supermartes estadounidense y, con victoria en cinco estados, manda una fuerte señal a los ánimos del sur, una parte decisiva del país para cualquier candidato a la Casa Blanca.
“La única forma con la que me pueden hacer aflojar –ha declarado Huckabee a sus colaboradores, con su habitual lenguaje gráfico- es con un K.O. que me mande fuera del ring. Por el momento, seguiré levantándome cada vez que suene el gong del voto”. El ex gobernador de Arkansas y ex pastor baptista se impuso no sólo en su propio estado, sino también en Alabama, West Virginia, Georgia y Tennessee. Cinco estados que se unen al de Iowa, que conquistó ya al inicio de estas primarias y que hacen ahora de Huckabee una figura política con la que el partido tendrá que contar de ahora en adelante. [Después ha ganado en Kansas y Louisiana].
A sus 52 años, Huckabee es considerado por algunos como el posible candidato republicano del 2012 si la Casa Blanca cae en manos de Hillary Clinton o Barack Obama. Las palabras amables y la evidente simpatía entre él y John McCain, que contrasta con los duros ataques entre Huckabee y Mitt Romney, hacen crecer la cotización del ex gobernador sureño como posible vice del senador veterano del Vietnam si McCain consigue la nominación.
Pero el primer interesado por ahora sigue en carrera para ganar y ya ha demostrado su capacidad para desmentir las previsiones de los sondeos y comentaristas políticos. En efecto, el análisis del voto del supermartes indica que Huckabee no ha conseguido sólo los votos de los evangélicos y de los ‘nuevos cristianos’ –que son la mitad del electorado republicano en buena parte de los estados del sur-, sino también de otros grupos del mundo conservador, perplejos ante las credenciales de McCain y poco inclinados a votar a Romney, un mormón pupilo de Wall Street.
Huckabee, semidesconocido hasta hace pocos meses en América, emergió el pasado otoño entre el abanico de candidatos republicanos después de recurrir a medios insólitos para hacerse notar: spot televisivo junto al ‘duro’ de Hollywood Chuck Norris, conciertos con bandas de ‘rock cristiano’ en los que tocaba el bajo, campañas contra la obesidad (él mismo perdió 50 kilos). Pero después Huckabee ha demostrado no ser sólo una caricatura o un personaje de color y ha construido su liderazgo en el partido republicado para rendir cuentas con el “conservadurismo populista” del sur, del que se ha hecho portavoz y que ahora le está premiando.
