ARNAUD IMATZ (PARÍS)
Sarkozy parece haber aumentado sustancialmente su ventaja desde el debate del miércoles pasado. Un 40% de sus conciudadanos lo han declarado vencedor del duelo, cuando sólo un 26% considero a Royal ganadora y 28% ni uno ni otro.
Los indecisos, cada día menos numerosos, han pasado de 7 a 5% en dos días. Royale ya no parece en posición de poder colmar su handicap. El centrista Bayrou y el populista Le Pen han llamado a la abstención, pero no son propietarios del voto de sus votantes. Según dichas encuestas, los partidarios de Bayrou se repartirían de manera equilibrada entre Sarkozy y Royale; solo un 15% se abstendría, votaría en blanco o no contesta a la encuesta. Bayrou dijo tajantemente que no votaría para Sarkozy, pero la inmensa mayoría de los diputados de su grupo parlamentario no comparte su criterio. Muy preocupados por sus escaños en los próximos comicios de junio, 21 sobre 29 se han adherido a Sarkozy y ninguno a Royale.
A pesar de las llamadas a favor de la candidata socialista Ségolène Royale por parte de unos cuantos líderes populistas o de la izquierda nacional, el 60% de los votantes de Le Pen votarían a favor de Sarkozy, 20% para Royale y 20% se abstendría, votaría en blanco o no contesta. Por lo que se refiere a la extrema izquierda, el 75% votaría para Royale y el 10% para Sarkozy.
Al parecer, y salvo enorme sorpresa del último minuto, como dicen los croupiers, "les jeux sont faits". "He cambiado", decía Sarkozy hace apenas cuatro meses. Excelente hombre de comunicación, ha sabido presentarse como un nuevo político desmarcándose del balance de los gobiernos de Chirac. Pronto sabremos si sus palabras quedan en el aire o si realmente el nuevo Sarkozy es hombre de convicciones firmes. Personalmente tengo mis serias dudas, pero sinceramente deseo equivocarme.
