¿Y ese maletín con 800.000 dólares?

Chávez, derrotado en el interior, apuntala su poder en el exterior

Una maleta con 800.000 dólares: ese es el oscuro objeto del deseo que ahora llena los periódicos en Iberoamérica, y especialmente en Argentina. Ese dinero, según parece, era el bálsamo que Chávez destinó a la campaña electoral de la ahora presidenta argentina Cristina F. Kirchner. Es una injerencia brutal del líder venezolano en los asuntos internos de otro país. Y la agresiva política exterior chavista no se agota ahí: la petrochequera bolivariana da muchísimo de sí, lo mismo en Bielorrusia que en Paraguay. Chávez perdió el referéndum del 2-D, pero no parece que su estrategia de poder haya cambiado lo más mínimo. Ese es el análisis de Democracia y Desarrollo. Todo lo que hay que saber para estar al tanto de la política iberoamericana.

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Hay quienes opinan que la derrota del 2-D puede frenar la expansión internacional de la revolución bolivariana y el esfuerzo de Chávez por desempeñar un papel protagonista en el escenario internacional. Es necesario revisar algunos acontecimientos. La visita del “último dictador de Europa”, Alexander Lukashenko, ha traído la firma de nuevos acuerdos energéticos y comerciales; ambos elogiaron mutuamente sus liderazgos. Chávez ofreció abastecer las necesidades de petróleo que tenga Bielorrusia, y Lukashenko agradeció el préstamo de Chávez para cancelar su deuda de gas con Rusia. Palabras similares de gratitud recibió en Buenos Aires, en la firma del acta constitutiva del Banco del Sur: Kirchner y su esposa le agradecieron la ayuda financiera con la compra de deuda que permitió a Argentina cancelar la suya con el Fondo Monetario. “Hugo, gracias por todo lo que nos has ayudado”, le dijo con emotiva expresión la nueva mandataria. Tres días después le estallaría el escándalo de la maleta con 800.000 dólares que le envió Chávez, en agosto pasado, para su campaña electoral.
 
Diplomacia de petrochequera
 
Los periodistas que cubrieron los actos de asunción presidencial de la señora Kirchner estuvieron atentos al comportamiento de Chávez con Álvaro Uribe y con el Príncipe Felipe, dada la congelación de relaciones con Colombia y España. “A Uribe no lo quiero ni ver”, dijo. “Mientras viva no tengo nada que hablar con ese traidor y farsante. Es un sinvergüenza”. “Él era consciente de que antes del 31 de diciembre las FARC estaban dispuestas a liberar al primer grupo de secuestrados, entre quienes probablemente se encontraría Ingrid Betancourt”. Aseguró que, sabiendo eso, Uribe lo apuñaló al suspender su mediación. Vaticinó que el conflicto lesionará las relaciones comerciales de ambos países. Después de hablar con la senadora Piedad Córdoba, dijo haber enviado un mensaje al presidente de Francia, asegurándole que sigue dispuesto a ayudar a la liberación de la señora Betancourt. El presidente Uribe respondió que mantendrá una actitud de prudencia para que las cosas tomen un camino constructivo. El empresariado lo presiona fuertemente para normalizar las relaciones, dado que Venezuela es el segundo socio comercial de Colombia. El encuentro con el príncipe español se convirtió en libreto de una comedia de equívocos. Chávez es tema importante en la campaña electoral española y Zapatero no encuentra la fórmula para satisfacer el reclamo de respeto al Rey y la exigencia de que Don Juan Carlos ofrezca excusas al dueño de la apetitosa petroeconomía venezolana.
 
Según Chávez, su alma ha quedado fortalecida por la visita de Lula da Silva y por los elogios tan sinceros del gobernante brasileño a su política bolivariana. La visita fue de apenas unas horas pero suficiente para el testimonio televisado de la fraterna relación y para la firma de nueve acuerdos comerciales. Entre enero y octubre del 2007 las exportaciones brasileñas alcanzaron 3.800 millones de dólares y las ventas venezolanas a Brasil, 296 millones. El encuentro con Lula lo aprovechó Chávez para anunciar una nutrida agenda de actividades internacionales en el próximo año. Le prestará especial atención, según Andrés Oppenheimer, a Paraguay y El Salvador, donde hay elecciones en 2008 y 2009, una tentación para la petrochequera del Comandante.
 
La prensa mundial se ocupa mientras tanto del escándalo de la maleta, ante las pruebas testimoniales de que los 800.000 dólares tenían como destino la campaña de Cristina Kirchner. El Gobierno venezolano declaró que era una maniobra contra el presidente Chávez y que el escándalo había sido fabricado en Washington. La cuestión de la maleta, repleta de petrodólares, que estremece la política argentina, parece no preocupar mucho al régimen post 2-D. Las medidas del Gobierno en las dos semanas que lo separan de su derrota van a contracorriente de la llamada a la reconciliación que formula el país no chavista. Si no hay signos de cambio en política interna, los de política internacional quedan sometidos a interrogante.

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