La petulancia gabacha no tiene límites

Los franceses se rinden homenaje por haber bautizado América

  En un ejercicio de chauvinismo con innumerables precedentes, los franceses se han auto homenajeado como verdaderos descubridores de América –tal cual- aprovechando que un cosmógrafo alemán, en un convento alsaciano, puso el nombre del italiano Américo Vespucio a las tierras descubiertas en barcos españoles. Con un par. Aquí contamos toda la historia: la verdad sobre Américo Vespucio y el “bautismo” de América.

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EMC (París).

La localidad alsaciana de Saint-Dié, en los Vosgos, hoy Francia, va a celebrar por todo lo alto el quinto centenario del bautismo de América, que los franceses se atribuyen. La celebración incluye a la localidad vecina de Sélestat, en el Bajo Rhin. España no ha sido invitada al festejo. 

Motivo de la fiesta: el 25 de abril se cumplen 500 años de la edición en Saint-Dié de un opúsculo de un centenar de páginas donde a las tierras descubiertas por Colón se les atribuía por primera vez el nombre de América “por el nombre de su descubridor, Amerigo Vespucci”. De aquella obra hubo cuatro ejemplares. Uno se conserva en la ciudad de Sélestat. Sus autores fueron cinco sabios que trabajaban para el Duque de Lorena. La Cosmographiae Introductio, que así se llamaba el libro, ignora por completo la existencia de Cristóbal Colón y atribuye a Vespucio el descubrimiento de “una cuarta parte del mundo”. Ahora la Biblioteca Humanista de Sélestat ha organizado una exposición –hasta el 10 de mayo- que recorre la evolución de la Geografía entre finales del siglo XV y mediados del XVI, además de una conferencia, proyecciones y juegos para niños. Simultáneamente, en Saint-Dié, donde está datada la edición original del libro, se ha organizado una serie de exposiciones bajo el título genérico “América 1507-2007” que, a falta de otra cosa, ilustrará “el contexto histórico y cultural en Lorena hacia 1507”. También habrá conciertos y coloquios, asegura la organización.

La historia real fue esta. Américo Vespucio, navegante florentino al servicio de la corona española, tomó parte en los viajes de exploración del periodo inmediatamente post-colombino. Las exploraciones no fueron una iniciativa de Vespucio, sino que el italiano formaba parte del grupo de exploradores españoles que estaba trazando mapas del lugar. La cosa era simple: Colón insistía en que aquello eran las Indias, pero muchos en España pensaban que se trataba de otra región distinta. Entre quienes eso pensaban hay que contar, casi con total seguridad, al gran Juan de la Cosa y a uno de los hermanos Pinzón; Vespucio navegaba con estos personajes formidables. Tras una de estas singladuras, Vespucio mandó a Italia unas cartas con mapas de las nuevas costas, que no eran las costas asiáticas, en efecto. Los mapas llegaron a un monje cosmógrafo alemán, Martin Waldseemüller, que en ese momento estaba preparando un nuevo atlas de todas las tierras conocidas para el Duque de Lorena y que, al parecer, desconocía la existencia de las expediciones colombinas. El alemán reflejó ya las nuevas tierras allende el océano y les adscribió el nombre del italiano que firmaba las cartas, es decir, Américo. 

Vespucio era un tipo listo y valiente, como todos aquellos navegantes españoles y portugueses que literalmente rompieron el mapa del mundo. Pero él no descubrió América. Esas tierras las descubrió Colón, aún pensando que formaban parte de un continente ya conocido. Después, fueron multitud los españoles que se dieron cuenta de que aquello no podían ser las Indias. Vespucio lo aprendió con ellos. Que el continente recibiera el nombre del florentino no fue, al cabo, sino una carambola. Y desde luego, no fue él quien la descubrió.

Y a todo esto, como dirían nuestros amigos indigenistas, ¿acaso América no estaba ya allí?

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