Comunicado del Bloque Identitario francés sobre la matanza de Charlie-Hebdo
Luchar contra el yihadismo es luchar contra la islamización y la inmigración
elmanifiesto.com
08 de enero de 2015
Hay algo odioso en el desfile de dirigentes políticos que, unos tras otros, llaman a "la unión nacional". Odioso, porque ¡son precisamente ellos los responsables de...!
La redacción de Charlie-Hebdo ha sido víctima de un ataque islamista. Nuestros primeros pensamientos van a todas las víctimas (y en particular a los policías, demasiado olvidados en los comentarios mediáticos y políticos), así como a sus familias.
Hay algo odioso en el desfile de dirigentes políticos que, unos tras otros, llaman a “la unión nacional”. Odioso, porque ¡son precisamente ellos los responsables de la terrible situación en la que el país está sumido desde ahora! Son ellos los responsables de la inmigración masiva y, por tanto, de la islamización que de la misma se deriva; responsables de pasividad y a veces hasta la complicidad con la las asociaciones islamistas (tanto en el ámbito local como en el nacional); responsables, en fin, de la débil respuesta frente a la amenaza yihadista. Nadie podrá pretender luchar contra el yihadismo sin hacerlo contra la inmigración masiva y la islamización de nuestro país. Lo que hace falta para ello no es una unión nacional tras esos dirigentes que han fracasado mil veces. ¡Lo que hace falta es un despertar nacional que los expulse del poder!
En una reciente entrevista dada a la revista literaria norteamericana
Paris Review, Michel Houellebecq se preguntaba: “En realidad, no se sabe de lo que se tiene miedo, si es de los identitarios o de los musulmanes”. Parece claro que los dramáticos acontecimientos de hoy le han dado la respuesta.
[1]
Por lo que a España se refiere, dos acotaciones:
- El reciente procesamiento por el juez Ruz de 15 yihadistas que centraban sus actividades en la gran mezquita de Madrid. Nueve de ellos están presos y otros seis en paradero desconocido (quiera Alá, el misericordioso, que dicho paradero sea el de sus inmediaciones): acontecimientos todos ellos que han sumido al personal de Estepaís en la más profunda de las indiferencias. (¡Venga, una de gambas, tío!) A nadie se le ha ocurrido siquiera pedir el cierre del referido centro de actividades yihadistas, donde cada viernes se congregan unos 2.000 musulmanes (casi tantos, probablemente, como cristianos deben de congregarse los domingos en las iglesias de todo Madrid).
- En las condenas de la masacre de Charlie-Hebdo por parte tanto de Podemos como de los partidos de “la casta” (¡qué menos!) no esperéis encontrar la menor palabra referida al yihadismo, al islamismo o a la inmigración. Como máximo se habla de “fanáticos”. Y, sobre todo, de democracia, de libertad de expresión, esas cosas, en fin. La misma cantinela vacía de siempre. Cualquier otra idea podría soliviantar al personal. (¡Otra de gambas, tío!)
Maticemos un poco las cosas, sin embargo, por lo que respecta al personal y a sus gambas. Basta leer los comentarios de la gente sencilla en los grandes periódicos (hasta en El País) para ver su inequívoca reacción ante el islam y la inmigración de masas: nada que ver con los amenaramientos, cobardías, medias tintas y colaboracionismo de los propietarios, directores y redactores de los medios (exceptuados quienes tengan que serlo). Nada que ver con la podredumbre de nuestras pretendidas élites y semiélites.
Todo el artículo estaba centrado en torno a la alternativa entre dos evidencias contrapuestas: por un lado, lo que nos une a Podemos en el combate contra la oligarquía económica, política y mediática; por otro, lo que nos opone a ellos en la visión del mundo en general y en la de la inmigración masiva en particular. ¿Cual de ambas cuestiones es la primordial? ¡La dos a la vez, por supuesto! Ya, pero lo propio de lo político es precisamente lo difícil que resulta muchas veces realizar este tipo de "a la vez". Ante semejante dificultad, ¿cuál de ambos imperativos elegir? Los aconrtecimientos de este siniestro 7 de enero de 2015 parecen dejar clara la respuesta... Estamos en guerra, es evidente.
[1] Michel Houellebecq es autor de la novela Sumisión en la que, en 2022, la Fraternidad Musulmana alcanza el poder e islamiza a toda Francia. No es ninguna casualidad, sin duda, que esta novela, cuyo primer tiraje es de 150.000 ejemplares, se haya puesto precisamente a la venta… este mismo 7 de enero. (N. de la Red.)
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