Sólo el 17% consideran positiva la inmigración

Crece la inquietud entre los europeos de a pie

Aumenta cada vez más el divorcio entre la opinión pública, por un lado, y la opinión publicada o gobernada (por las castas mediática y política). Según una encuesta recientemente efectuada, más de la mitad de los europeos creen que hay demasiados inmigrantes en sus países y que la inmigración está teniendo un impacto negativo en sus vidas. Pero no es ésta la única encuesta existente. Muchas otras, realizadas en diversos países europeos, abundan en el mismo sentido.

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Una nueva encuesta de opinión muestra que más de la mitad de los europeos creen que hay demasiados inmigrantes en sus países y que la inmigración está teniendo un impacto negativo en sus vidas.

La conclusión a la que se llega es que los europeos están empezando a darse cuenta de las consecuencias producidas por décadas de inmigración masiva procedente de países islámicos, al tiempo que se expresa un creciente divorcio entre los electores europeos y sus representantes debido a las políticas multiculturales que éstos practican y que facilitan el que los inmigrantes islámicos se mantengan segregados en sus guetos en vez de integrarse en las naciones que los hospedan.
 
Los resultados de este estudio de opinión se reflejan asimismo en las conclusiones de docenas de otras recientes encuestas. En conjunto constituyen una prueba tan amplia como empírica de que el malestar sobre la inmigración islámica no se limita, contrariamente a lo que pretenden los partidarios del multiculturalismo, a la derecha política. El sentir de la mayoría de los electores, en los que se refleja el conjunto del espectro político, expresa la preocupación existente por el papel que juega el Islam en Europa.
 
La encuesta "Global Views on Immigration" se publicó el pasado 4 de agosto y estuvo dirigida por Ipsos, la empresa internacional de sondeos radicada en Londres. Se hicieron encuestas en nueve países europeos: Bélgica, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Polonia, España y Suecia. El estudio muestra la correlación existente entre, por un lado, lo que los nativos de un país piensan sobre la inmigración y, por otro, el número de musulmanes existentes en dicho país y el grado de integración alcanzado por los mismos.
 
Por ejemplo, la encuesta puso de manifiesto que belgas y británicos tienen la visión más negativa sobre la inmigración: sus países también tienen algunas de las poblaciones musulmanas menos integradas de Europa. También se puso de relieve que, entre los europeos, los polacos tienen la imagen más positiva sobre la inmigración y los inmigrantes: ocurre que Polonia tiene la comunidad más pequeña de musulmanes de toda Europa, con menos del 0,1% del total de la población de este país.
 
La encuesta de Ipsos muestra que, en su conjunto, más del 56% de los europeos creen que "hay demasiados inmigrantes" en sus países: Bélgica (72%), Gran Bretaña (71%), Italia (67%), España (67%), Alemania (53%), Francia (52%), Hungría (50%), Suecia (46%) y Polonia (29%). En respuesta a la pregunta: "¿Podría decir si la inmigración ha tenido en general un impacto positivo o negativo?", en la mayoría de los países europeos, salvo en Suecia y Polonia, se cree que el impacto ha sido negativo: Bélgica (72%), Gran Bretaña (64%), Italia (56%), España (55%), Francia (54%), Alemania (54%), Hungría (52%), Suecia (37%) y Polonia (32%). En conjunto, sólo el 17,5% de los europeos considera que la inmigración ha sido positiva.
 
La mayoría de europeos también están de acuerdo con el siguiente enunciado de la encuesta: "La inmigración ha ejercido demasiada presión sobre los servicios públicos" en sus países: Gran Bretaña (76%), España (70%), Bélgica (68%), Hungría (59%), Alemania (58%), Francia (56%), Italia (56%), Suecia (40%) y Polonia (27%).
La encuesta de Ipsos refleja las conclusiones de otras numerosas encuestas recientemente efectuadas, según las cuales los partidos políticos europeos están divorciándose, en general, de la opinión publica a causa del problema de la inmigración islámica.
 
Una nueva encuesta, "Persisten las tensiones entre el Islam y Occidente”, fue publicada el 21 de julio por Pew, un instituto de encuestas y sondeos establecido en Washington. En el mismo se ponía de manifiesto que los europeos creen que sus relaciones con los musulmanes son malas: Francia (62%), Alemania (61%), España (58%) y Gran Bretaña (52%).
 
La investigación de Pew muestra que cerca del 60% de los europeos consideran que los musulmanes son "fanáticos”, el 50% creen que son "violentos" y sólo el 22% opinan que son "respetuosos con las mujeres". En respuesta a la pregunta: "¿Qué religión es la más violenta?", el 90% de los franceses contestan que el Islam, respondiendo también de igual modo el 87% de los españoles, el 79% de los alemanes y el 75% de los británicos. En dicha encuesta se muestra también que más de dos tercios de los alemanes (73%), de los británicos (70%), de los franceses (68%) y de los españoles (61%) están preocupados por la presencia de los extremistas islámicos en sus países.
 
Otra encuesta realizada por Pew Global Attitudes Project muestra un amplio y generalizad apoyo a la prohibición del uso del velo islámico en público, incluidas escuelas, hospitales y centros públicos. La encuesta evidencia que el 82% de los franceses, el 71% de los alemanes, el 62% de los británicos y el 59% de los españoles apoyan su abolición.
 
Otro estudio paneuropeo, "Guardian Euro Poll", señala que la preocupación por la inmigración musulmana es muy común, no estando limitada en absoluto a los sectores políticos de extrema de derecha. La encuesta muestra que, aunque el 62% de los europeos se ve a sí mismo como más "liberales" que "tradicionales" en lo que respecta a cuestiones sociales, la mayoría en los cuatro mayores países (Gran Bretaña, Francia, Alemania y España) se oponen a la inmigración procedente de fuera de la Unión Europea. La encuesta también refleja que la inmigración sin control es el primero –o segundo– de los problemas más graves y que más preocupan a los ciudadanos europeos.
 
En Gran Bretaña, la encuesta denominada "Searchlight Fear And Hope Survey" muestra que un gran número de británicos podrían dar su apoyo a un partido identitario opuesto a la emigración, siempre que no estuviera asociado con la violencia y el imaginario fascista. La encuesta dirigida por Populus, firma con base en Londres, también revela que más del 50% de los británicos están de acuerdo con la frase "los musulmanes crean problemas en el Reino Unido".
 
En Francia, una encuesta publicada por el periódico de centro-izquierda Le Monde muestra que el 42% de los ciudadanos franceses consideran que la presencia de la comunidad musulmana en su país constituye "una amenaza" para su identidad nacional. Además, el 68% de los franceses consideran que los musulmanes "no están bien integrados en la sociedad". Y el 61% de los mismos atribuye este fracaso a que los musulmanes se niegan a integrarse.
 
Otra encuesta reciente muestra que dos tercios de los electores franceses creen que "el multiculturalismo" y la integración de los musulmanes en la sociedad ha fracasado. Otra encuesta realizada por Ifop para el periódico France-Soir señala que cerca del 40% de los votantes franceses cree que las plegarias realizadas por los musulmanes en las calles de Francia parecen una especie de ocupación. En un estudio de opinión publicado por el periódico Le Parisien libéré se indica que los electores ven a Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Frente Nacional, como la candidata mejor situada para solucionar el problema de la inmigración musulmana.
 
En Alemania, otra encuesta, "Percepción y aceptación de la diversidad religiosa", dirigida por el departamento de sociología de la Universidad de Munich en colaboración con la prestigiosa TNS, firma dedicada a los sondeos de opinión política, muestra que la mayoría de los alemanes no están de acuerdo con la frase pronunciada por el presidente de la República Christian Wulff, quien declaró que "en Alemania el Islam está en su casa".
 
El estudio muestra que sólo el 34% de los alemanes del Oeste y el 26% de los del Este tienen una imagen positiva de los musulmanes. Menos del 5% de los alemanes piensan que el Islam es una religión tolerante, y sólo el 30% declaran aprobar la construcción de mezquitas. El número de alemanes que aprueban la construcción de minaretes o la introducción de los días festivos musulmanes es aún más bajo. Menos del 10% de los alemanes del Oeste y del 5% de los del Este afirman que el Islam es una religión de paz. Más del 40% de los alemanes creen que la práctica del Islam tendría que ser vigorosamente restringida.
 
Sólo el 20% de los alemanes y el 30% de los franceses creen que el Islam es compatible con el mundo occidental. Es significativo que más del 80% de los encuestados en Alemania, Francia, Dinamarca, Portugal y Holanda están de acuerdo con que "los musulmanes tienen que adaptarse a nuestra cultura".
 
En Holanda, las encuestas señalan que una abrumadora mayoría de holandeses son escépticos respecto al multiculturalismo. Según una encuesta del Instituto Maurice de Hond, publicada por el periódico de centro derecha Trouw el pasado 19 de junio, el 74% de los holandeses consideran que los inmigrantes deben adaptarse a los valores del país. Más del 83% de los mismos declararon estar a favor de la prohibición de las burkas islámicas en los lugares públicos.
 
En otra encuesta del mismo Instituto Maurice de Hond publicada el 29 de julio por el popular periódico digital UN.nl, el 63% de los holandeses están "preocupados por el hecho de que en los países de Europa occidental esté aumentando la presencia del Islam". No es, pues, de sorprender que el gobierno de centro-derecha holandés haya anunciado recientemente que iba a lanzar planes para abandonar el viejo modelo multicultural que ha incentivado a los inmigrantes musulmanes a crear una sociedad paralela dentro del país.
 
En Dinamarca, la encuesta recientemente efectuada por Gallup/Berlingske para el periódico de centro-derecha Berlingske muestra que el 92% de los ciudadanos daneses creen que los inmigrantes musulmanes deberían "adoptar predominantemente las costumbres locales de Dinamarca".
 
La encuesta se realizó después de que el nuevo ministro de integración Søren Pind rechazara públicamente la idea de que Dinamarca tuviera que ser una sociedad multicultural. Según Pind, Dinamarca debe dar la bienvenida a los extranjeros que estén dispuestos a adoptar y respetar los valores daneses, las normas y las tradiciones del país; quienes lo incumplan no deben permanecer en absoluto en Dinamarca. "Considero que cuando uno escoge Dinamarca, lo hace porque quiere llegar a ser danés," declaró Pind.
 
En su conjunto, todas estas recientes encuestas muestran que la mayoría de los europeos están muy preocupados actualmente por el impacto que la inmigración islámica está teniendo en sus vidas cotidianas.
 
Pero una conclusión posiblemente más importante de los datos ofrecidos por estas encuestas es que los europeos de a pie están cada vez más dispuestos a expresar públicamente sus opiniones. Después de décadas de "pan y circo" –es decir, de la tradicional cultura política europea que le permitía a la clase dirigente apaciguar a la opinión publica aplicando toda la panoplia del Estado del bienestar–, se puede constatar ahora que, sobre la cuestión de la inmigración, se ha producido un notable cambio en muchos países europeos.
 
Si la casta política europea se pliega por fin a la voluntad de la gente y da marcha atrás a su proyecto de reingieneria social que está transformando el continente hasta lo irreconocible, entonces el cambio que, rn materia de inmigración, se ha producido en la opinión publica todavía puede significar el comienzo del fin de la era del multiculturalismo en Europa.
 
¿O quizá ya sea un poco demasiado tarde?

(Traducción de Juan Montero)

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