Vuelve Esparza con una nueva Sección: "Diario de un emboscado"

¿Degeneración? ¡Regeneración!

Regresa a las columnas de "El Manifiesto" José Javier Esparza, después de que diversas circunstancias personales le hayan dificultado estos últimos tiempos su colaboración regular en estas páginas. Siguiendo los consejos de Ernst Jünger sobre la mejor forma de ejercitar la rebelión, lo hace parapetado en una nueva Sección: "Diario de un emboscado". Le damos la bienvenida y le saludamos publicando también este primer artículo en nuestras páginas centrales.

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Todavía hay esperanza. Que sí. Quizá no aquí. Pero sí dentro de usted, y de su pareja, y en el vecino, y… Verá usted: yo había pensado comenzar este diario con alguna aguda reflexión, algún pensamiento brillante, tal vez alguna sentencia desgarrada. Sin embargo, el oportuno comentario de un lector de Elmanifiesto.com me ha procurado un argumento mucho mejor: la vida misma, bajo la forma de un grupo quebequés que canta a la degeneración de nuestro tiempo y, lo que es más importante, anuncia en tono de fiesta el retorno de la regeneración. Pase y vea. ¡Qué envidia!

El grupo se llama Mes Aïeux, que quiere decir “mis antepasados”. El Québec, como usted sabe, es esa fracción del Canadá colonizada por franceses desde el siglo XVI, ocupada por los ingleses a mediados del XVIII y que desde entonces ha tratado de conservar viva su identidad francesa y católica. Esta canción, titulada Degeneración, es un poema a la decadencia moderna vista a través de un linaje familiar. La letra es muy impresionante, sobre todo por lo insólito. Traducida al castellano, dice así:

 Tu tatarabuelo tuvo que desbrozar la tierra
Tu bisabuelo tuvo que trabajar la tierra
Después tu abuelo tuvo que rentabilizar la tierra
Y después tu padre la vendió para hacerse funcionario
Y ahora dime, colega, qué vas a hacer tú
Con tu pequeño apartamento demasiado caro y frío en invierno
Ahora te entran ganas de ser propietario
Y por la noche sueñas con tener tu propio pedacito de tierra
 
Tu tatarabuela tuvo catorce hijos
Tu bisabuela tuvo casi otros tantos
Después tu abuela dijo que con tres ya era bastante
Y después tu madre no quiso tenerlos, tú fuiste un accidente
Y ahora tú, nena, cambias de pareja todo el tiempo
Cuando haces una gilipollez te salvas abortando
Pero hay mañanas en las que te despiertas llorando
Cuando por la noche has soñado con una gran mesa llena de niños
 
Tu tatarabuelo vivió la gran miseria
Tu bisabuelo guardaba los céntimos
Y después tu abuelo, milagro, se hizo millonario
Tu padre, que lo heredó, lo invirtió todo en su jubilación
Y ahora tú, jovencito, debes el culo al Ministerio
No puedes tener ni un chavo en el banco
Y cuando te entran ganas de atracar a la cajera
Te calmas leyendo libros que hablan de la “simplicidad voluntaria”
 
Tus tatarabuelos sabían hacer fiestas
Tus bisabuelos bailaban bien fuerte en las fiestas
Después tus abuelos conocieron la época yeyé
Tus padres, más “disco”, se conocieron en una discoteca
Y ahora tú, amigo, ¿qué haces tú por las noches?
Apaga la televisión, no es necesario seguir apoltronado
Por suerte en la vida hay ciertas cosas que se niegan a cambiar
Ponte tus mejores galas, que esta noche vamos a bailar.”
 
 
El clip oficial de la canción tiene mucha miga: es una forma gráfica de expresar cómo en la sucesión de generaciones hemos ido perdiendo mucho, pero la esperanza sigue viva mientras mantengamos la memoria, porque es ésta, al cabo, la que permite a la vida florecer. Véalo aquí

 

Un discurso de este tipo puede calificarse como ultraconservador, ¿no?: pro tierra, pro vida, contra la ciudad, contra el dinero, contra el aborto… ¡Qué asco! ¡Parece que lo haya escrito Esparza! Pues bien: lo más asombroso de este Dégéneration de Mes Aïeux es que se ha ido convirtiendo en un verdadero himno popular que las multitudes corean en los conciertos como expresión de sus sentimientos más profundos. El siguiente vídeo corresponde a una interpretación de esta canción en un concierto. Le ruego se fije en el público: los niños, incluso los que están en brazos de sus madres; las chicas, sobre todo cuando corean las estrofas contra el aborto… Y aguante el vídeo hasta el final, porque lo más hermoso es el ambiente de fiesta, una promesa de que se mantendrá viva la conciencia de la comunidad. Helo aquí:
 

Y ahora, ¿alguien sabe qué hay que hacer para exiliarse en el Québec?

 P. D.: A los músicos españoles. ¿A qué no hay huevos para hacer nada parecido? ¿Hasta cuándo vais a seguir imitando a las caricaturas yanquis de macarras “latinos”? ¿Qué tenéis en la cabeza? O aun: ¿Todavía tenéis cabeza, o sólo os queda un agujero cercado de granitos de coca?

 

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