¿A cuánto asciende un interés usurario? ¿A una libra de carne tomada del cuerpo del prestatario? ¿A un 20%, a un 30%, a un 50%? ¿Alguien lo sabe? ¿Y cuánto cobran los bancos por los descubiertos en una tarjeta VISA?
Canta Ezra Pound:
Con usura no tiene el hombre casa de buena piedra.
Con usura no hay paraíso pintado para el hombre en los muros de su iglesia
Usura oxida el cincel.
Oxida la obra y al artesano.
Corroe el hilo en el telar.
Usura mata al niño en el útero.
Hasta la cama lleva sequía.
Entre la novia y su novio yace.
Contra naturam.
Ellos trajeron putas a Eleusis.
Sientan cadáveres a su banquete
por mandato de usura.
Bien, muy bien. Pero ¿qué dice la ley? ¿Alguien lo sabe? ¿A cuánto asciende, vamos a ver, un interés usurario?
¿A una libra de carne tomada del cuerpo del incauto prestatario?… ¡No, hombre, no! Esto es Shakespeare y su Mercader de Venecia. Los tiempos, mientras tanto, han cambiado, han evolucionado, estamos gozando de una época de acrisolado Estado de derecho, de auténtico Progreso, de indiscutible Libertad. Etcétera.
¿Cómo dicen por ahí al fondo?… Que les oiga, por favor. A ver, más alto. ¿A un 20%, a un 30%, a un 50%?
No, no. Nuestra ley es mucho, muchísimo más rigurosa. Un interés usurario —totalmente prohibido, por tanto— asciende a… un 10%. A partir de ahí es usura pura y dura.
La jurisprudencia del Tribunal Supremo es tajante. Si el tipo de interés exigido supera 2,5 veces el interés legal del dinero (actualmente cifrado en el 4%), la entidad prestamista está practicando la usura.
Y puede ser condenada. Cosa que incluso ha sucedido, ¡imagínense!, alguna vez: cuando alguien ha tenido la santa paciencia… y el dinero de ponerse a pleitear (para lo cual, en la mayoría de los casos, habría que pedir otro crédito, pagar otros intereses, abonar su correspondiente cuota usuraria, y así sucesivamente…). Por ello los usureros —es decir, los bancos, valga la redundancia— se salen de rositas. Nadie protesta, nadie reclama. Y aquí paz y después gloria.
Resumamos: el interés exigible que fija la ley es como máximo de un 10%. ¿Y cuánto es lo que te clavan en el préstamo más común, más automático, más sencillo de todos: si dejas que tu tarjeta Visa se ponga en números rojos? Hasta un 36% (Banco de Santander), situándose la media en torno a un 24%.
La hipocresía es total. La ley prohíbe taxativamente la usura. La realidad la promueve y ampara. Ya es el segundo caso de clamorosa hipocresía que denunciamos en pocos días (el otro era el de la libertad de expresión). Lo dicho, habrá que abrir una Sección “Hipocresías, engaños y dobleces del liberal-capitalismo”.