¿El personaje más importante de la Historia?

Escriba a Antena 3 y vote por los Reyes Católicos

Antena 3 ha convocado en España un concurso que acaba de levantar fuerte polémica en Portugal. Se trata de que el público vote para escoger al personaje más importante de nuestra Historia. La polémica en el país vecino vino porque los portugueses, contra todo pronóstico, eligieron como la persona más importante de su Historia a Oliveira Salazar, el profesor de Economía que durante casi cuarenta años dominó dictatorialmente la escena política portuguesa. ¿A quién votar en España? Nosotros lo tenemos muy claro: a los Reyes Católicos.

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EMC (Madrid).

Sí, claro: sería fastuoso que los espectadores españoles, imitando a los portugueses, escogieran a Franco. Valdría la pena aunque sólo fuera por ver la cara que se les pondría a Zapatero y a los paladines de la “memoria histórica”. Pero sería un voto poco cabal. El régimen de Franco, ciertamente, supuso unas transformaciones decisivas en España. Ante todo, creó una sociedad próspera de clases medias y con ello suturó el gravísimo problema de los conflictos sociales, que arrastrábamos desde el XIX y que tanto pesó en nuestras desdichas; otros logros, como la neutralización del separatismo, han sido algo más efímeros. En cualquier caso, la era de Franco representa un periodo limitado de la historia reciente y sus éxitos también han sido limitados. Por el contrario, la candidatura de los Reyes Católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, se impone por sí sola: fue una época fundacional de España y sus conquistas han durado siglos. 

Por qué los Reyes Católicos

Para empezar, una cuestión de procedimiento: el concurso pide que votemos al “más importante”, en singular, pero nada impide que se vote a una institución –no faltará quien vote al PSOE-, un grupo o, como en nuestra propuesta, a un matrimonio. Máxime si tenemos en cuenta que, aquí, la gloria de cada uno de los cónyuges fue inseparable de la anuencia del otro. Y ahora, vayamos a lo mollar: ¿Por qué los Reyes Católicos? Por todas estas razones: 

- Hicieron la unidad nacional. Se le pueden dar a la cosa cuantas vueltas se desee, pero el hecho es que, a partir de los Reyes Católicos, hay una sola unidad política en España: unen Aragón con Castilla y León e incorporan Navarra. Ahora hay historiadores, sobre todo de obediencia nacionalista catalana, que dicen que Fernando quiso dividir de nuevo los reinos; el papel lo aguanta todo, sobre todo cuando lo subvenciona la Generalitat, pero los hechos son los que son: Fernando, viudo de Isabel y en l

Fernando e Isabel, los Reyes Católicos

a cumbre de su poder, no sólo no dividió los reinos, sino que mantuvo la unidad pese a su petulante yerno (Felipe “el Hermoso”), incorporó a Navarra y todavía dio la batalla en Italia.

- Completaron la Reconquista: con la recuperación de Granada se cierra un largo lapso histórico durante el que hubo en estas tierras un poder extranjero. Y no se trataba sólo de una cuestión militar, sino que la toma de Granada forma parte de un proyecto consciente de unificación del reino. El mismo proyecto que implicó, entre otras cosas, la unificación religiosa con la expulsión de los judíos y la unificación idiomática con la primera gramática moderna, que fue la castellana de Antonio de Nebrija. 

- Descubrieron un mundo nuevo y dieron a lo español una proyección universal. Pese a todas las retorsiones de la historiografía crítica, el hecho es que por el impulso de los Reyes Católicos se cruza el océano y se instalan allí asentamientos estables: así comienza la conquista y evangelización de América. Todavía en vida de los reyes, se dictan normas explícitas para la protección de los indios, cosa inédita en la práctica imperial hasta entonces.

- Isabel y Fernando pusieron los cimientos de un Estado moderno sofocando las revueltas de los nobles y la anarquía social. Anularon la autonomía política de la aristocracia, regularon el funcionamiento de los municipios, reformaron a fondo la Iglesia, instauraron un sistema organizado de orden público, construyeron un ejército moderno que tomó el relevo de las bandas guerreras de la Reconquista. Si los Reyes Católicos no hubieran aplicado mano dura sobre la tiranía de los señores y los patricios, esto habría sido insoportable durante siglos, como lo fue en Alemania, por ejemplo. 

Con este expediente, es difícil discutir que los Reyes Católicos han sido los personajes más importantes de la Historia de España. Si está usted de acuerdo, teclee: www.antena3.com/elmasimportante/index.html y vote “Los Reyes Católicos”. 

Lo de los portugueses

Un último comentario sobre la polémica portuguesa. Que los portugueses hayan escogido a Salazar puede parecer incomprensible desde el punto de vista del pensamiento dominante, pero no es una opción irracional: frente a lo que le precedió y a lo que le sucedió, el periodo Salazar (1928-1968) no deja de tener sus virtudes. La historia política de Portugal entre 1908 y 1978 es la más compleja, enrevesada y caótica de todo el continente europeo. Sólo entre 1911 y 1926 hubo unas veinte revoluciones y aproximadamente cuarenta gobiernos. Frente a esa inestabilidad, la denominada “república unitaria corporativa”, entre 1926 y 1974, que es como se llamó la obra política salazarista, fue una especie de combinación entre dictadura ejecutiva y elecciones presidenciales supuestamente libres. El periodo estrictamente gobernado por Salazar, entre 1928 y 1968, tampoco fue homogéneo, aunque sí relativamente estable; sin duda, políticamente opaco y con guerras en el extranjero, pero socioeconómicamente cómodo. Los sucesores de Salazar empeoraron el paisaje. Y cuando llegó la revolución de 1974 (la de “los claveles”), lo hizo en una atmósfera de caos indescriptible, tanto en el bando del poder como en el bando de los militares sublevados. Durante todo ese tiempo hubo una losa permanente que fue el imperio colonial, el último de Europa. En todo caso, en los años setenta la miseria y el analfabetismo en Portugal eran muy inferiores a las cifras de los años veinte. Lo extraño es que los espectadores portugueses se hayan acordado ahora de Salazar, que dejó la vida pública hace cuarenta años y cuya memoria ha sido ferozmente difamada por el nuevo régimen. Pero eso es otra historia.

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