'Veinte años no es nada'...

Hoy aparecía, hace 20 años, 'El Manifiesto contra la muerte del espíritu'.

Compartir en:

Fue una mañana de hace hoy veinte años. Vivía yo entonces en Barcelona (que, aunque no lo parezca, es donde nací) y, contrariando mis costumbres, me levanté muy temprano, impaciente como estaba, con objeto de estar lo antes posible en las Ramblas, cuyos kioscos son los primeros en abrir (o lo eran, vaya uno a saber si aún existen en medio de la decrepitud que envuelve a la que era todavía entonces una tan hermosa ciudad).

Ahí los encontré: los ejemplares de El Mundo de aquel miércoles, 19 de junio de 2002, con su suplemento de El Cultural. En su portada, un solo titular: «Manifiesto contra la muerte del espíritu». En el interior, cuatro páginas dedicadas a reproducir el Manifiesto que, algo más adelante, daría título a nuestro periódico.

Y, de por medio, una treta periodística tan infantil que, vista veinte años después, hasta resulta divertida. Álvaro Mutis me había autorizado, por supuesto, a unir su nombre al del Manifiesto. Si no, si no hubiera estado ahí alguien como don Álvaro, que además acababa de recibir el premio Cervantes 2001, nunca un medio main stream hubiese siquiera leído el Manifiesto. La treta consistió en que, pese a que sabían de sobra que yo era su único autor, lo presentaron, con una gran foto de Mutis y con su sola firma, como sí fuera de su autoría. Se cubrieron sin embargo las espaldas, y en la entradilla se señalaba discretamente que quien suscribe estas líneas también participaba en el lanzamiento de «un audaz Manifiesto contra la muerte del espíritu, con la esperanza de abrir una brecha ahora que es la vida del espíritu la que corre peligro».

[Para quien aún no lo conozca, el texto del Manifiesto está desde siempre colgado en nuestra portada. Aquí.]

Daba igual. Tuve que tranquilizar la indignación del bueno de don Álvaro, pero la cosa, en últimas, carecía de mayor importancia. Lo fundamental era aquel milagro. Gracias al entusiasmo de Álvaro Mutis y al apoyo de Eugenio Trías y de Blanca Berasátegui, directora de El Cultural, acababa de ver la luz en un medio main stream —¡cómo cambia todo cuando uno publica ahí!— el Manifiesto escrito por un ilustre desconocido que, encontrándose en la soledad que se derivaba de su reciente regreso a España después de lo que se llamaba «un largo exilio», sólo había pretendido tratar de responder a una pregunta muy simple: ¿habrá alguien más, en este perro mundo moderno, que se sienta tan mal como yo? ¿Habrá alguien más que esté contra la muerte del espíritu?

Sí, me lo preguntaba: era tal entonces la situación que semejante pregunta tenía sentido. ¡Había evidentemente mucha más gente que estaba en contra de la muerte del espíritu! Pero reconozcámoslo (y aprovechemos para, por una sola vez, dejar de lamentarnos como plañideras): ¡cómo han cambiado las cosas en estos veinte años! Cuánta más gente hay ahora que comparte nuestro malestar. Más de mil (exactamente 1.147) fueron quienes, espontáneamente primero y a través de una rudimentaria web que mi mujer puso en pie (no existían aún las plataformas de Internet para firmar peticiones a destajo), transmitieron su entusiasmo y aliento. Desde gentes sencillas que expresaban su sorpresa y alegría por encontrar plasmado en algún sitio un malestar que llevaban tiempo sintiendo sin poder darle nombre ni expresión, hasta ilustres pensadores, escritores y artistas, algunos de cuyos principales nombres se indican seguidamente. Gentes todas procedentes de múltiples horizontes culturales y políticos (¡hasta alguno de izquierdas hubo por ahí!). Entre ellos, cabe destacar a los cinco —Eugenio Trías, Rafael Argullol, Juan Antonio Rodríguez Tous, Miguel Rodríguez-Acosta, José Luis Molinuevo y José Antonio Marina, que, en un nuevo número de El Cultural, publicado dos semanas más tarde, efectuaban su valoración y comentarios sobre las ideas expresadas en el Manifiesto.

Y a partir de ahí, el segundo milagro (los dioses, decididamente, parecían tenernos a bien). Porque lo lógico hubiese sido que todo aquello acabase en agua de borrajas, en un hermoso fuego fatuo desprovisto de continuidad. Pero no fue el caso. Había que proseguir lo iniciado, y se prosiguió. Un año más tarde se efectuaba, en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense en El Escorial, un curso en torno a la problemática lanzada por el Manifiesto. Además de amigos como José Javier Esparza, Fernando Sánchez Dragó o el entonces embajador de Argentina, el escritor Abel Posse, también participó —fue la primera vez que lo traje a España— el pensador francés Alain de Benoist, fundador de la Nueva Derecha, lo cual nos valió nuestro bautismo de fuego y nuestra primera medalla de «secuaces del fascismo», como la Cadena SER tuvo a bien calificarnos en uno de sus informativos (calificativos que hicieron huir como alma que lleva el diablo a algunos de los firmantes iniciales de izquierdas).

El año siguiente se prosiguieron nuestras actividades, con conferencias en el Ateneo de Madrid y en la Fundación Botín de Santander; traducción y publicación del  Manifiesto (para quitarle cualquier connotación «espiritualista» pasó a denominarse Manifiesto contra la muerte del espíritu y de la tierra) en seis idiomas: francés, italiano, ruso, inglés, árabe y catalán. Y lo más importante: la publicación en el mes de octubre de 2004 del primer número de la revista en papel que, con un tiraje de cinco mil ejemplares, se distribuía en los kioscos de toda España. Se llegaron a publicar once números de dicha revista, el último de los cuales vio la luz en diciembre de 2009.[1]

Las razones por las que se puso término a la publicación de tal revista son exactamente las mismas, como cabe imaginar, por las que, en el páramo que es hoy nuestro país, no existe en kioscos o librerías prácticamente ninguna revista cultural. Por ello, ya en abril de 2007 habíamos lanzado, dirigida en su primer año por José Javier Esparza, la versión on line de El Manifiesto: esta misma, amigos lectores, que tenéis en estos momentos ante vuestros ojos, veinte años después de que todo aquello hubiera, casi por milagro, empezado.

Tiene razón nuestro amigo Guillermo Mas cuando afirma que aquella iniciativa hubiera podido —hubiera debido— dar lugar a un movimiento más o menos análogo al existente en Francia en torno a la Nueva Derecha. Por supuesto. Pero para ello habrían hecho falta varias cosas: que se diera entre nosotros una mayor sensibilidad no sólo política, sino sobre todo cultural; y, sobre todo, que existiera un mayor espíritu de entrega —ya militante, ya económica— por parte de quienes se niegan a que el espíritu perezca. Pero siendo las cosas lo que son, el amor fati de mi siempre adorado Nietzsche me obliga a considerar (hoy es un día de ver la botella medio llena) que todo lo que se ha hecho es mucho —lo máximo, en realidad— y bien está.

A todos: lectores, colaboradores  y amigos que, de la manera que sea, habéis participado o seguís participando en tal empeño, ¡gracias os sean dadas!

Nada ha concluido, el espíritu sigue amenazado de muerte, el combate continúa. ¡Prosigámoslo, firme el ademán, hasta la victoria!

 

 Así eran las páginas interiores de El Cultural  dd El Mundo

 

Principales firmantes del
Manifiesto contra la muerte del espíritu y de la tierra

† Álvaro Mutis (Escritor; Ciudad de México)

Abel Posse (Escritor; Buenos Aires)

Adolfo Prego de Oliver (Exmagistrado del Tribunal Supremo; Madrid)

Alain de Benoist (Filósofo; París)

Albert Boadella (Dramaturgo; Barcelona)

Alberto Buela (Filósofo; Buenos Aires)

† Aquilino Duque (Escritor; Sevilla)

Carmen Posadas (Escritora; Madrid)

† Eugenio Montejo (Poeta; Caracas)

† Eugenio Trías (Filósofo; Barcelona)

Fernando Sánchez Dragó (Escritor; Madrid)

Ilia Galán (Profesor de Estética; Madrid)

Isidro Palacios (Periodista; Madrid)

Jon Juaristi (Escritor; Madrid)

José Javier Esparza (Periodista; Madrid)

José Corredor Matheos (Poeta y crítico de arte; Barcelona)

† Josep M.ª Subirachs (Escultor; Barcelona)

Joumana Haddad (Poeta y periodista; Beirut, Líbano)

Juan Antonio Rodríguez Tous (Filósofo; Barcelona)

Julio Martínez Mesanza (Poeta; Madrid)

Laura Freixas (Escritora; Madrid)

Lourdes Cirlot (Historiadora del Arte; Barcelona)

Luis Alberto de Cuenca (Poeta; Madrid)

Luis Antonio de Villena (Poeta; Madrid)

† Luis Racionero (Escritor, Barcelona)

Miguel Rodríguez-Acosta (Pintor; Granada)

† Mihály Dés (Escritor; Budapest)

Muhsin Al-Ramli (Escritor; Madrid)

Néstor Montezanti (Filósofo; Argentina)

† Salvador Pániker (Filósofo; Barcelona)

Zoé Valdés (Escr itora; París, Francia)

  

[1] Aunque pocos, aún quedan algunos ejemplares disponibles de esta joya bibliográfica editada a todo color, con abundantes ilustraciones y gran esmero tipográfico. Si algún lector desea obtener alguno de ellos, puede enviarnos un correo a info@elmanifiesto.com. También están disponibles en formato PDF en este enlace.

 

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

Comentarios

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar