Si fuera verdad, cambiaría la historia

Aparece un esqueleto inca en un enterramiento vikingo en Noruega

La noticia es de lo más sorprendente: sabíamos que los vikingos habían llegado a América –sin ser conscientes de ello-, pero no que hubieran vuelto a Escandinavia llevando nativos americanos consigo. El caso es que ahora ha aparecido en un enterramiento vikingo en Noruega un esqueleto de mil años de antigüedad y con rasgos amerindios, incas según las fuentes de la información. En suelo vikingo ya habían aparecido restos de otras tierras –gentes del Mar Negro, por ejemplo-, pero un indio americano parece demasiado. Y sin embargo, ahí están esos huesos.

Compartir en:

Elmanifiesto.com

Es ya sabido desde hace tiempo que los exploradores y comerciantes vikingos llegaron a Norteamérica cruzando el Atlántico tras hacer paradas en las islas del Mar del Norte, Islandia, Groenlandia y Canadá. Pero la creencia general es que su estancia fue corta y su contacto con los nativos muy escaso y de carácter violento. Sin embargo, el descubrimiento de un esqueleto de mil años de antigüedad de rasgos incas en un enterramiento noruego ha puesto todas estas opiniones en tela de juicio.

Las sagas sobre los viajes escandinavos de la época de los vikingos, escritas en Islandia poco tiempo después de los hechos, cuentan que Leif Eriksson, el hijo de Erik el Rojo, que había descubierto Groenlandia, llegó a lo que él llamó Vindland, verosímilmente en el actual Canadá. Estos viajes  fueron los últimos coletazos de las migraciones masivas que tuvieron lugar en la Edad Media. Los escandinavos, cansados de sus tierras pocos fértiles que les condenaban a morirse de hambre, o exiliados por razones políticas –el surgimiento de los reinos de Dinamarca, Suecia y Noruega-, decidieron  dejar su territorio en busca de oportunidades en otros lugares mediante el comercio, la colonización o el saqueo.

Los suecos prefirieron el este, a través del mar Báltico y hasta Rusia, jugando un papel importantísimo en la fundación de este último país: Rusia fue una creación de los varegos escandinavos. Los daneses marcharon, sobre todo, hacia Inglaterra y Francia, donde sus descendientes crearían la región de Normandía. Mientras tanto, los noruegos, marineros por naturaleza debido a su larguísima línea de costa y su falta de tierras fértiles, eligieron su ruta a través del mar del Norte. Llegaron al norte de Inglaterra, Escocia, Irlanda y, después, a las islas ubicadas al norte del Atlántico. Finalmente alcanzaron Norteamérica.

El descubrimiento del esqueleto

Los arqueólogos que trabajaban en la conservación de las ruinas de la vieja escuela de San Nicolás en Borgarsyssel, en la ciudad noruega de Sarpsborg, encontraron accidentalmente los restos de un esqueleto mientras podaban un arbusto de rosas. Resultaron ser los restos de dos hombres mayores y un niño. Una de las calaveras sorprendió a los arqueólogos puesto que “uno de los huesos del final de la cabeza no estaba soldado al resto. Este es un rasgo heredado, que se ha encontrado casi exclusivamente entre los incas del Perú”, dijo Buckholm. Hasta el día de hoy no se han hallado otros restos con este rasgo en estos países. “Especular es muy tentador, siendo además San Nicolás el patrón santo de los marineros. Sin embargo, es muy difícil imaginarse a un inca viajando hacia aquí en aquél momento. ¡Es asombroso!”.

En la tierra de los vikingos, cultura marítima, se han descubierto -como era de esperar- los restos de personas de otras tierras, como el de una mujer hallada en una tumba real en Oseberg, originaria del Mar Negro, tal y como demostraban las muestras de ADN que se extrajeron de ella. Sin embargo, el descubrimiento de Sarpsborg es de otro nivel. Si -y sólo si- las excavaciones y estudios futuros corroboran la teoría que apunta hacia una cierta relación con los indios, y el descubrimiento no termina siendo otro hombre de Piltdown o, simplemente, un individuo anómalo, este será un descubrimiento esencial, cambiando la visión actual de las relaciones pre-colombinas entre Europa y América. Pero en estos momentos tal suposición aún es argumento de las películas de ciencia ficción de Hollywood, más que tema de revista científica.

Vuelve el drakkar al Mar del Norte

Por otro lado, la noticia de la temporada en Dinamarca es la reconstrucción de u drakkar vikingo del siglo XI que no sólo ha sido reconstituido de proa a popa, sino que incluso se ha hecho a la mar. Siete semanas navegará por el Mar del Norte, desde el puerto danés de Roskilde, hasta tocar Dublín. El drakkar, que se llama “Havhingsten fra Glendalough” y es el más grande que se haya reconstruido hasta la fecha, navegará como en su estado original, es decir, a vela y remos.

Una multitud emocionada despedía esta semana a los 65 miembros de la tripulación. El drakkar ha sido reconstruido en el arsenal del Museo de barcos vikingos de Roskilde y en la tarea han participado empresas navieras de las islas Feroe, de Noruega y de las islas Aaland. Para la reconstitución se han utilizado las mismas técnicas que empleaban los antiguos escandinavos. El drakkar tiene 30 metros de largo por 3,8 de ancho. Pesa 25 toneladas, su mástil mide 14,5 metros de alto y su vela ocupa 120 metros cuadrados.

El Havhingsten fra Glendalough original, el de verdad, fue construido en Irlanda -precisamente en el bosque de Glendalough- en 1040. El drakkar participó en incontables batallas entre los anglosajones y los normandos entre 1050 y 1060, una época en la que numerosos vikingos daneses vivían en Irlanda. Sobrevivió a esas luchas, pero a finales del siglo XI fue hundida junto a otras cuatro embarcaciones en el fiordo de Roskilde para defender las costas danesas de una invasión de vikingos noruegos.

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar