Exposición "El ojo del culo". Y se atreven a llamarlo "arte"...

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Si usted atenta gravemente contra la salud material del cuerpo vendiendo a destajo alimentos emponzoñados (envueltos, por ejemplo, en materia fecal), ¿qué pasa? La policía interviene, cierran el infecto tugurio y le llevan a usted preso.

Ahora bien, si usted atenta gravemente contra la salud espiritual del alma vendiendo (o exponiendo) obras a las que llama de “arte” en lugar de llamarlas de mierda; si usted se dedica a mancillar toda nuestra historia y todo nuestro legado artístico; si escupe a la cara de todos nuestros grandes artistas —los más altos campeones de la civilización—, ¿qué pasa?

 
No pasa estrictamente nada. Hasta puede pasar que algún mentecato acuda a ver la ponzoña expuesta y que a algún otro se le ocurra, a lo mejor, comprársela. O puede pasar que algún otro rematado imbécil exclame: “Todo es una cuestión de gusto y de opinión”.
 
Pasen y vean. (Ya se vio, es cierto, en la página Facebook de nuestro periódico, donde alcanzó un número apoteósico de visitas; pero esta versión del horror contemporáneo es más completa y merecía ser expuesta —pese al asco que nos da— en nuestra página principal.)
 
Y ollvídense de los comentarios del Blog en cuestión

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