O todo lo que usted siempre quiso saber sobre la LOGSE y nunca se atrevió a preguntar. ¿Por qué nuestra ley de Educación, agravada por el actual Gobierno, es tan pésima? Aquí se explica todo con una claridad extraordinaria: por qué esta ley es así, en qué filosofía se inspira, cuáles son sus efectos sobre nuestra sociedad. El valor del libro de Tamburri reside, sobre todo, en dos cosas. La primera: es un libro escrito a pie de aula. Es el testimonio en primera persona de un profesor de secundaria, docente vocacional que ama su profesión, que ama el conocimiento y que ama a sus alumnos (¿alguien cree que es posible enseñar sin amar?), y que todos los días se enfrenta al reto de hacer vivir esa vocación en un medio cada vez más inhabitable. La segunda: es un libro cuyas reflexiones buscan siempre el fondo de las cosas. No es el lamento de alguien que se limita a constatar “qué mal está todo”, sino que analiza causas, expone contradicciones, rastrea el origen de los problemas y, además, plantea una forma alternativa de entender la educación. ¿Cuál es esa forma? Digámoslo así: el objetivo de la educación no puede limitarse a procurar una eficaz instrucción técnica de los individuos, sino que tiene que aspirar a algo más, un escalón superior donde entran criterios éticos e intelectuales de carácter comunitario. Este “algo más” le ha valido a Tamburri reproches no siempre justos por parte de la escuela neoliberal. Pero es precisamente ese “algo más” el que, a nuestros ojos, confiere a Genocidio educativo un interés extraordinario. Un libro que hay que leer.
Pascual Tamburri: Genocidio educativo. Las víctimas y verdugos de
