Ante la convocatoria de elecciones generales para el próximo 23 de julio, quienes firmamos este comunicado nos dirigimos a la sociedad española y particularmente al sector de la cultura y la creación artística.
Somos personas, asociaciones y medios editoriales/informativos comprometidos con la cultura de nuestro tiempo. Desarrollamos nuestra labor desde el convencimiento de que la libertad de expresión es elemento fundamental y valor irrenunciable de toda sociedad civilizada.
Entendemos que el desarrollo de ideas y valores convivenciales no puede forzarse y mucho menos abordar mediante políticas de artificio, respaldadas por una legislación hecha a medida de intereses ideológicos y partidistas.
En particular, aunque no exclusivamente nos referimos a la ideología de impuestos de género y la llamada “memoria democrática” como dogmas incontestables por el Estado.
La ingeniería cultural, la imposición de cuotas de género, grupos étnicos y temáticos en los contenidos argumentales, el adoctrinamiento mediante discursos supuestamente artísticos, la discriminación y desigualdad de condiciones para el idioma español en algunas comunidades autónomas y la censura fáctica de cualquier desarrollo creativo que contradiga el discurso oficial, han generado en los últimos años un ambiente irrespirable, monotemático y opresivo en los alrededores de nuestra cultura.
Lo anterior no sería tan grave si no fuera porque las mencionadas políticas están muy subvencionadas cuando no están directamente financiadas por el Estado. De tal modo, los medios materiales y económicos de todos los españoles se articulan como elementos operativos en favor de opciones ideológicas que exigen no sólo su predominio en el ideario colectivo sino la anulación/cancelación del discrepante.
No podemos recibir ninguna ayuda, compensación o subvención administrativa que “equilibre” esta situación. Antes bien, abogamos por la paulatina desaparecer en cualquier nivel de la administración del Estado de todo incentivo exclusivo dinerario a la creación artística. Estamos convencidos de que la mejor política cultural, en lo que se refiere a la creación, es la que no interviene, la que no se encuentra condicionada a alguna legislación y sobre la que no operan los intereses ideológicos del poder. En cualquier sociedad democrática y civilizada, la creación artística y el normal desarrollo de las iniciativas culturales sólo precisan un requisito para alcanzar plena idoneidad: la libertad.
Al mismo tiempo, y consecuentemente con lo expuesto anterior, nos mostramos absolutamente contrarios a la denominada “memoria democrática”, teoría oficial de los últimos gobiernos de España que ha desvirtuado el cabal concepto de Historia y pretende convertir esta disciplina del conocimiento humano en mera narrativa auxiliar de determinadas posiciones políticas.
Legislar sobre la memoria colectiva es un absurdo superlativo, sólo concebible desde una concepción totalitaria y sectaria del poder.
La sociedad española, desde hace muchas décadas, se ha mostrado suficientemente madura para superar los conflictos y odios del pasado y enfrentar el futuro sin resentimientos ni agravios que saldar. De esta madurez probada y buen juicio del pueblo español reniega la insistencia de aquellos gobernantes que se conceden el derecho a imponer su relato sobre la historia, al tiempo que, por fuerza de la ley, silencian cualquier desacuerdo. Dicha obsesión por saldar cuentas pretéritas ha llegado en ocasiones a extremos paroxísticos, como el derribo de monumentos y obras escultóricas que podrían haberse resignificado sin impedimento de ninguna clase, o la vergonzante exhumación de personajes históricos, con gran aparato propagandístico y mediático.
En el centro de este desatino se encuentra la pueril pretensión de vencer moralmente en una confrontación armada que terminó hace ochenta y cinco años.
Vivimos en un país cuya ciudadanía se reconcilió con su historia hace mucho tiempo, pero el actual gobierno se empecina en alentar constantemente aquellos rencores del ayer, una obstinación guerracivilista que está sufragada por el erario público y que tiene entre otros objetivos la consolidación de núcleos clientelares nutridos por adeptos interesados y nostálgicos de la hecatombe social.
Por todo ello, en las próximas elecciones generales pedimos el voto para aquellas opciones políticas que comprometan en su programa electoral los siguientes apartados:
—Cese por parte del Estado y todas sus administraciones del adoctrinamiento de la población en los dogmas de la ideología de género.
—Escrupulosa neutralidad de la administración en el implemento de incentivos a la creación artística y el desarrollo de iniciativas culturales, así como la paulatina extinción de las ayudas exclusivas dinerarias a este sector.
—Derogación de la ley de memoria democrática.
Somos conscientes de que, al presente, casi ningún partido entre los que concurren a las elecciones incluyen estos puntos en su programa. Hacemos un llamamiento a las fuerzas políticas nacionales, constitucionalistas y preocupadas por la convivencia de los españoles en un futuro de concordia, para que analicen los elementos expuestos aquí y su inclusión en el pacto electoral con sus votantes.
Barcelona, a 5 de junio de 2023
Firmán:
Víctor Aguirre, profesor de Lengua Española y escritor
José María Almazán Lope, secretario de la Asociación Bernhes de Antropología e Historia (Madrid)
Cilia Rodrígues, periodista y escritora
Enrique Gozalbes Vallejo, profesor de Geografía e Historia, ex concejal de cultura del ayuntamiento de Espiel, Córdoba
José Vicente Pascual, escritor
Ruth Gómez Lorenzana, musicóloga
Javier Ruiz Portella, editor, escritor y director de El Manifiesto
Alfonso Caride Maestre, redactor y comunicador (Tenerife)
José Javier Esparza Torres, escritor, periodista y guionista
Javier Campal, presidente de la Asociación por la Reconcliación y la Verdad Histórica
Antonio Gallego Roca, exdirectivo de Barclays-España, divulgador cultural, articulista en Atalayar (Entre las Dos Orillas)
La Tribuna del País Vasco, periódico digital
Fernando Lafora Bastos, publicitario
Juan Antonio López Sáez, divulgador
Jesús Villanueva Jiménez, escritor y periodista (Tenerife)
Jaime Sánchez, presidente de la Asoc. Nal. de Víctimas y Afectados por Coronavirus
Antonio Nadal, catedrático de Historia Contemporánea de la universidad de Málaga
Francisco José Carrera de la Fuente, Instituto Español de Estudios Políticos
Juan José Liarte Pedreño, Plataforma 12 de Octubre
Javier Bueno, procurador de los tribunales y comunicador en TV (Tenerife)
Antonio Moreno Ruiz, historiador, escritor y comunicador
Jerónimo González Yanes, abogado y doctor en historia
Lourdinha Bacci Gayoso, empresaria, CEO de KICS Inc, consejera universitaria y miembro de US Gobal Leadership Coalition
José Gayoso Bouza, divulgador, empresario