--Virtudes capitales--

*La temeridad del entusiasmo, la insensatez de la esperanza.

*La imprudencia de la generosidad, la mezquindad de la prudencia.

*El civismo de defender los derechos de los animales, el incivismo de dejar libre a un perro en el parque.

*La seguridad de amar, la incertidumbre de saberse amado.

*La ligereza de confiar, la sordidez de desconfiar.

*La inutilidad de ejercer el derecho al voto, la estupidez de creer que a ellos les importa la abstención.

*Tan natural como componer frases, tan fatuo como escribirlas y ponerles título.

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*Contra soberbia, publicar un libro y ver una montaña de ejemplares en los escaparates de las librerías, cada día el mismo montón, impecable, intacto.

*Contra avaricia, enterrar el dinero en el banco y esperar a ver qué pasa.

*Contra lujuria, un desfile de modelos, talla 36.

*Contra ira, penalti inexistente pitado a favor de tu equipo.

*Contra gula, Mc Donalds.

*Contra envidia, lujuria. (Está comprobado científicamente).

*Contra pereza, la activa euforia tras una buena siesta.

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*Entre la virtud minuciosamente ejercida y el vicio contumaz, existe el término medio que, por sentido común, llamamos normalidad; es decir, perfecta mediocridad.

*La humildad es virtud perezosa. El orgullo es pecado que necesita mucha alharaca y, por tanto, actividad. El remedio contra ambos defectos, en conductas normales, es la dignidad.

*Si bien, la más holgazana virtud es la castidad, en tanto la lujuria desenfrenada parece el más gimnástico de los pecados. Planificar sanamente el ejercicio de lo normal, en estas disciplinas, conduce sin remedio al aprendizaje. ¿Quién no ha sido promiscuo en alguna época de su vida?

*Guardar monedas en un calcetín es propio de avarientos, aunque no incrementes tu capital; invertir en bolsa con expectativas de lucro puede causar pérdidas equiparables al despilfarro. El término medio entre virtud y desliz se denomina riesgo.

*Si puedes manifestar enojo o desagrado sin caer en la iracundia ni la impaciencia, es posible que seas un hombre equilibrado. Probablemente te llamarán tonto o cachazudo, o ambas cosas; todo esmero tiene su (des) compensación.

*Atracarse de carne picada en un McDonald’s y embriagase de whisky es pernicioso para la salud, o sea, pecado. Ponerse morado de paella y beber sangría hasta cantar el himno de Riego, representa un exceso de celo en la dieta mediterránea. La gula deviene en error epistemológico, y la templanza se mide en función de los fervores antropológicos del infractor.

*La nueva aborrecible gula de nuestro tiempo: El tabaco. Es el único pecado que merece el infierno (de los otros) en vida para el infractor.

*La envidia es el pecado de los que no tienen dinero o arrojo para dedicarse a vicios que merezcan la pena.

*La pereza como pecado, despiadada invención de algún envidioso.

*Ninguna virtud merece el esfuerzo del pecado. Ningún pecado merece la recompensa de la virtud.