No es que ahora sean tiempos de fracasos (para nosotros nunca lo son, el fracaso no existe, nosotros nunca fracasamos, sólo fracasan los otros, etc.), pero, por si acaso, después de la larga sesión de yoga y cuencos tibetanos, he decidido crear el Departamento de Promesas Electorales, que contará con Sonsoles como primera voz, con el acompañamiento del maestro Moraleda y Carme Chacón, que es una joven que promete mucho, tanto es así que más que tomar posesión del Ministerio, casi parece que ha okupado el Ministerio. Mola mazo. Además, como acaba de empezar, todavía Sonsoles no le tiene manía.
Necesitamos una batería de promesas. ¿Y quién sabe más de baterías que Sonsoles?
Me están criticando mucho, dentro y fuera del Partido, la recuperación de Bono. Si el Papa recupera las misas en latín, ¿por qué no voy a recuperar yo a Bono, que es nuestra misa en latín más presentable y representable en su barroquismo mediopensionista, que lo mismo abraza al cardenal primado de Toledo con fervor que se presenta como un teólogo de la liberación acompañado de Zerolo en la misa con galletas y tinto de verano de los curas rojos de Vallecas? Es nuestro cristiano para todo, y nunca lo arrojaré a los leones, y eso que Alfredo (Pérez Rubalcaba) me susurra al oído: ojo con Bono, que lleva veneno en la alianza, como los Borgia, y un puñal bajo la túnica de la bonhomía, como los senadores romanos.
-Siempre necesitamos a los que más se nos parecen, Alfredo—le dije una vez.
Mas tengo que aclarar algo; cuando he escrito mentir (en las campañas), lo he dicho en plan metafórico. Yo no miento nunca (sólo mienten los otros). Odio la mentira. Pero creo en lo que dijo Gandhi: “Puesto que soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio”.
-¿Y qué quiere decir el maestro Gandhi, maestro Zhang Yu?
-Que a donde fueres, haz lo que vieres.
Pues eso. Sólo hago lo que veo. En cuanto al secreto en cuestión, Alfredo aún no me ha revelado nada. Me ha gustado mucho lo que ha dicho Marín en referencia a lo publicado sobre el retorno del Jedi, digo de Bono: “Estoy para que me quieran, no para competir”. Yo también estoy para que me quieran. Y lo bueno de ser presidente es que ya no tienes que competir, porque, ¿qué otra cosa puedes ser? Está claro que no me gustaría ser Rey, va contra mis principios. Y dice el Zen: “Buscando la luna en el cielo, muchos dejan caer la joya que tienen en la mano”, lo que según Zhang Yu quiere decir que más vale pájaro en mano que ciento volando.
Sonsoles ha leído que en Corea, China y Japón se comen las medusas, que están muy buenas y son afrodisíacas. ¡Afrodisíacas!
-Y ahora que he descubierto esto—me dice mi santa—resulta que nos llevas de vacaciones al Parque de Doñana, donde no hay medusas ni puedo bucear. Me parece que tú no quieres acabar con el síndrome de la Moncloa, Pepeluí. Ya ni siquiera me lees a Gamoneda por las noches con la pasión de antes...
Exagera. He llamado a Alfredo a última hora para decirle que procure hacer llegar a los etarras, ahora que estén deteniendo a tantos, que por favor no lleven nuestros teléfonos encima, que luego viene la juez Le Vert y se pone como se pone.