Péndulo desbocado
A Ignacio Peyró,
amistad y talento
A modo de contraluz
la vida es un vaivén de ánimos.
Oscila el blanco desde el negro
y vuelta a su revés.
En la euforia germina la melancolía
y a la desesperación le dibujamos
un plan de fuga sobre la arena.
Hartos de tanta fragilidad
acometemos la búsqueda inútil
de las razones que no terminan
de numerarse
hasta someter a la lógica,
hueca ilusión,
al desgobierno de un hilo.
Entretanto,
la tregua de las vísperas,
la sima alucinógena,
un deshacerse en la esperanza
del todavía.
Alguien nos imanta desde su refugio lunar
y la razón se hace evanescencia
en este ejército de pingüinos
que acuden,
desbrujuladamente,
a su reclamo.
Hipnosis de existir a cuestas.
Dálmata de días.
Péndulo desbocado.