Reflexiones en torno a un Patriotismo actual

Reflexiones en torno a un Patriotismo actual

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Para muchos hablar de Patriotismo hoy es abordar un concepto ya superado, un fósil vital engullido afortunadamente por el paso del tiempo que, de vez en cuando, vuelve a la luz como un añejo blasón en el pórtico de un Parador Nacional; algo decorativo, aparatoso y en definitiva, inútil.

Son muchos los caminos que conducen a esta conclusión:

Utilitaristas irredentos, tibios de corazón y coraje, filomarxistas trasnochados con su esnobismo de tertulia, todos ellos, por dolo o negligencia confluyen en este planteamiento.

A todos vosotros os dedico estas reflexiones, a vuelapluma, en torno a un Patriotismo actual.

El Patriotismo, a pesar de lo que podáis creer, no es sólo la admiración que produce el mármol exhumado tras siglos de ciega quietud sino además la aplicación práctica de su contorno, el aprendizaje de sus perfiles que se actualizan, en permanente transición, almacenando la naturaleza maleable del hombre.

No habremos entendido nada sino hacemos nuestros los logros de los que antes nos respiraron por cuanto tienen de lección de futuro.

Son innumerables los riesgos que se ciernen hoy sobre un Patriotismo cabal. Uno especialmente seductor es la Globalización, esa espátula edulcorada ideal para el desarraigo.

Y es que no todo son bondades en el festín de los dinosaurios de la mercadotecnia, al menos para los aglutinados en sus proyecciones. El patriota está llamado a ser la irritación en la garganta de los devoradores de identidades que, sin ningún pudor, ponen patas arriba siglos de Historia como hace algunas primaveras hicieron con adoquines parisinos.

El Patriotismo no es trinchera de ningún partido político, está muy por encima de cualquier artificiosa división, es sencillamente la íntima puesta en común de un destino que, superando el intuitivo y primigenio amor al terruño, comparte un mismo golpe de remo en el contexto internacional.

No le encontrareis en la coreografía inútil de los estandartes ni en efemérides sangrientas heladoras de la mitad de los corazones, es un impulso común a todos los que transpiran de una misma raíz por alejado que sea el tentáculo.

Todo lirismo resulta gratuito ante esta verdad que se yergue, inmutable, en cada estación de la Historia.

La clase política en su conjunto es culpable de presentar a España como un naufragio constante que elude toda orilla, un perenne borrador inacabado, pero no vendrá de este estamento la solución porque, de existir, prescindiría de mercadeos de salones de pasos perdidos, son demasiados los buches subvencionados a llenar.

Sólo a través de un resurgimiento intelectual y social podremos recobrar lo que nos cuentan que un día tuvimos: una conciencia nacional compartida.

Es la hora de un empuje patriótico superador de viejos pesimismos de una intelectualidad oscura y acomplejada que tanto daño ha hecho ya, un Patriotismo compartido y sin exclusiones, divergente en su riqueza y a la vez integrante de todas sus formas de expresión.

No hay mayor error, respecto de las particularidades autóctonas, que negar su existencia.

Por ello, frente al balanceo de peculiaridades de sus miembros, ejercicio arriesgado y excluyente que ofrecen los ignorantes de lo español, el Patriotismo de futuro está llamado a dirigir un mismo proyecto bajo una misma brújula, difícil empresa pero en cualquier caso irrenunciable.

Son innumerables los cometidos pendientes: por de pronto desenmascarar a los trileros de la palabra y sus promesas de laboratorio estadístico, o exigir la discrepancia en las disciplinas de partido cuando los de turno pretenden imponer unas directrices intrínsecamente opuestas a las convicciones más profundas de cada uno y se es consciente que se agota la gama de grises en la confusión etimológica utilizada.

Espero haber hecho pensar a unos y molestado a otros, en cualquier caso sabed que un Patriotismo actual es posible porque cada hora nuestra no es menos solemne que cualquiera precedida y somos muchos los que padecemos de insomnio en la noche de nuestras conciencias.

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