Las mociones contra ANV: una evidente manipulación

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Las mociones “éticas” de PSOE y PNV contra las alcaldías ocupadas por la pro etarra Acción Nacionalista Vasca (ANV) son un caso “de libro” de manipulación política. Recordemos los hechos.

Desde las anteriores elecciones municipales, la pro etarra ANV dispone de representación institucional gracias al Gobierno Zapatero, que permitió a ese partido presentarse en numerosos ayuntamientos en el contexto del proceso de negociación con la banda terrorista ETA. O sea que ANV gobierna en algunos municipios vascos gracias al gobierno del PSOE. Tras el asesinato por ETA del ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco, en la última jornada de la campaña electoral, el ayuntamiento, gobernado por ANV, no condenó el atentado. Entonces la concejal del PP en Mondragón decidió presentar una moción de censura contra la alcaldesa de ANV: ya que no condenaba el atentado, debía marcharse.

Ni el PSOE ni el PNV apoyaron la moción del PP. En vez de eso, socialistas y nacionalistas abrieron un proceso de negociación destinado a coordinar esfuerzos de cara a, probablemente, un nuevo gobierno de coalición en el País Vasco. La coordinación entre PSOE y PNV encontró un buen punto de arranque, precisamente, en el caso de los ayuntamientos gobernados por ANV. Ahí apuntaría ahora la acción combinada de socialistas y nacionalistas. Pero estas fuerzas no apostarían por mociones de censura convencionales, de esas que obligan al que las ha perdido –por ejemplo, un alcalde- a dejar el cargo, sino que se trataría de “mociones éticas”, es decir, declaraciones de intenciones, de carácter teórico, sin consecuencias políticas, destinadas exclusivamente a deteriorar la imagen de quien las padece; mociones que el PP, por su lado, ha rehusado apoyar, dada su intrascendencia práctica.

¿Y por qué hacen PSOE y PNV algo de tan escaso valor? Esa es la clave de la cuestión: ni al PSOE ni al PNV les interesa que ANV deje sus prebendas; piensan utilizarlas como lubricante de una futura negociación. Lo que sí les interesa es escenificar de la manera más patente posible el aislamiento del PP, que aparece así como un… obstáculo para la paz. Con un control asfixiante de los medios de comunicación audiovisuales, el PSOE puede estar seguro de que su mensaje llegará a todas partes: el PP rompe el “bloque democrático”. ¿Ha existido alguna vez ese bloque? No, pero eso no lo sabe nadie. Del mismo modo, el PP se niega a apoyar “mociones éticas” contra los pro etarras. ¿Sirven de algo esas mociones? Tampoco, pero eso lo ignoran igualmente los ciudadanos.

Al final del proceso, el PSOE, que legalizó las listas de ANV, y el PNV, que siempre ha defendido el derecho de los pro etarras a estar en las instituciones democráticas, resultan ser los luchadores contra ETA; y el PP, que es el único partido que ha mantenido una clara y constante postura de oposición a cualquier acuerdo político con los pro etarras, resulta ser el “traidor”. El mundo al revés.

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