Bombas de ETA: la realidad sigue viva ahí fuera

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ETA quiere forzar a Zapatero a una nueva negociación. Ese es el único sentido que tienen las bombas dirigidas en los últimos días contra sedes socialistas del País Vasco. La habitual brutalidad de los atentados nos devuelve a la realidad: esta es la España real, la de verdad, la que existe bajo la pastelosa e indigesta propaganda gubernamental de la España chikichiki con sus vistosas ministras y sus cejas parlantes. En el País Vasco hay una banda terrorista que ha negociado con el Gobierno de Zapatero y que cree tener bazas en la manga para volver a jugar. Eso con lo que juega es la unidad de la nación y la dignidad del Estado, que ZP comprometió de manera irresponsable por un mero cálculo de poder personal. Mientras tanto, el gobernante de aquellas tierras, Ibarretxe, tan mesiánico como Zapatero, pretende mantener su apuesta de un referéndum de autodeterminación este mismo año. La escandalosa parcialidad de la mayoría de los medios de comunicación, serviles con un Gobierno al que respaldan por motivos financieros, puede esconder la realidad por tiempo indefinido, pero ésta, al final, resurge en forma de muerte, amenaza, miedo. Si el Gobierno Zapatero se comportara como un gobierno normal, ahora reactivaría el pacto antiterrorista –ese pacto que él mismo desdeñó- y aplicaría una política de represión franca y directa de ETA y su entorno. Pero nadie puede esperar de este Ejecutivo que vaya a comportarse como un gobierno normal.

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