Mi memoria histórica

Compartir en:

Desde que el Presidente Rodríguez,…el compañero Zapatero, tomó posesión de su cargo se han producido azares y circunstancias que han provocado pocas alegrías y muchas decepciones.

Kane aspira, hoy, a ser la voz de los que están callados porque no tienen la oportunidad de proclamar, a los cuatro vientos “verdades como puños”. Kane pretende defender, con Gabriel Celaya, que la poesía es un arma cargada de futuro…y con ella os apunta al pecho.

Zapatero ha inaugurado una dinastía en el pensamiento político moderno. Nos dijo que iba a transformar a España. Y lo ha hecho. Ha cambiado todo para que todo sea igual y nada cambie. Lo mismo y más. Más de lo mismo. Ha cumplido, en estos años de gobierno, que llegan a fin (¡Dios lo quiera!) con lo prometido en su programa electoral, cambiando, en este devenir, a España de tal forma que, después de esta pasada por la izquierda real, ya no la conoce ni la madre que la parió, pido perdón a Guerra, al político no al torero,  a D. “Alfonso”, por el plagio.

No voy a extenderme en los méritos y deméritos de Zapatero y sus Vogue-Ministras, obras por todos conocidas y padecidas. Zapatero nos prometió transparencia y ya se transparentan los ropajes y hasta la toga viril.

En fin, asuntos estos propios de un mundo que camina entre el azar y la circunstancia. Un mundo  que avanzaba (tradicionalmente) a vueltas y revueltas. Actualmente han conseguido que lo haga a saltos y sobresaltos.

Lástima que, entre sus asesores, no le ilumine ningún sabio y le aconseje prudentemente como lo haría un buen padre de familia.

Zapatero ha cumplido, eso es lo peor, cuanto dijo y prometió, lo que ocurre es que nosotros los pobres españoles no nos merecemos tan brillante mente. ¡Vivir para ver!, mejor sea tal vez, ¡no ver para mejor vivir.!

Pero, en fin, c’est la vie, es la vida. Y con la vida y sus avatares nos topamos. Decía el pensador Eugenio D’ors que “Todo lo que no es tradición es plagio”. Pues bien nuestro excelente Gobierno esta plagiando  actitudes y conceptos que se dan en culturas no occidentales: reescribir la historia y derribar sus símbolos. Tal vez sea por la “Alianza de las Civilizaciones” de nuestro presidente de gobierno, Rodríguez (Zapatero) y del mentor de la misma el chiíta iraní Jatami.

Vivir para ver a los tolerantes progresistas. Se intentan vengar de la historia, de una historia que casi ninguno de nosotros vivió ni conoció. Y, lo peor de todo, intentan prohibir que pensemos. Desde aquí quiero mostrar mi público apoyo a Pío Moa.

Primero los martillos luego las hoces, esperemos que estas últimas sólo sieguen lo que deben, el trigo. De cualquier forma: que los tibios se preparen... Porque como decía Álvaro D’ors (ese viejo y magnífico catedrático de derecho romano) : de nuevo, se instala en España el espíritu de ruralidad. La ira y la sed  de venganza contra aquellos que cometemos el delito de no pensar cómo nos mandan. ¡Anatema!.

Lo rural, lo propio, el terruño, los instintos más básicos nos gobiernan. Hay que hacer justicia histórica. Despreciar y humillar al oponente político hasta herirle en lo más hondo. Recuperemos la memoria histórica y reivindiquemos a aquellos que se alinearon con la República pero, ¿y los reprimidos y perseguidos, cuando no, fusilados en nombre de la hoz y el martillo?... ¡ellos parece que  no merecen nada, que se pudran!...

Y mientras el silencio... ¿de los corderos?

Quiero terminar este artículo con “un consejo a fuer de viejo”’ (Antonio Machado, el hermano de Manuel). El consejo no es otro que el que manifiesta Rafael Múgica (Gabriel Celaya), el maravilloso poeta de izquierdas, en unos versos de su poema España en marcha (1961).

 

... Allá los muertos que entierren como Dios manda a los muertos.

Ni vivimos del pasado ni damos cuerda al recuerdo.

Somos turbia y fresca un agua que atropella sus comienzos...

Así no habrá que “galopar” nunca más hasta “enterrar en el mar” (R. Alberti) a nadie.

Así nadie de los enterrados en el mar se sentirá ofendido.

Que no haya más venganza y que el perdón sustituya a la ira. Entonces las hoces y los martillos, los yugos y las flechas podrán descansar tranquilos en el pasado o si lo prefieren proyectarse hacia el futuro en un nuevo y prometedor principio de respeto al prójimo.

Para terminar, Kane cree que tenemos una potencia formidable: la voluntad, el querer. Cada realidad ha nacido de un ejercicio de voluntad, de una idea, en definitiva, de una representación de lo que las cosas pueden llegar a ser, de un sueño. Desde la fe en una causa justa, desde el compromiso con España, ¡queremos y podemos soñar!

Queremos y, por tanto soñamos, porque algunos nos han querido llevar al letargo invernal, pero la primavera vendrá y con ella (parafraseando a Gloria Fuertes) estaremos al borde... al borde de despertar.

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar