En medios docentes consultados por elmanifiesto.com se asegura que esta medida causará un descenso inmediato en el nivel de formación de los alumnos españoles: si no es preciso saber para promocionar curso, sencillamente se dejará de saber. Nadie se esfuerza por algo que puede obtener sin esfuerzo, pero sin esfuerzo no hay aprendizaje. El resultado será, de manera inevitable, unas promociones de bachillerato cada vez más ignorantes. “Y el Ministerio –afirman esas fuentes- lo sabe de sobra”.
¿Por qué, entonces, toma el Gobierno una medida tan incomprensible? Para mejorar las cifras de fracaso escolar en España, que son de bochorno. En efecto, la promoción sin esfuerzo en el bachillerato significará que las elevadas cifras de abandono de la escuela se reducirán drásticamente. Pocos alumnos dejarán los estudios en la secundaria, porque no costará ningún esfuerzo superar los obstáculos de las asignaturas. De esta manera, el número de alumnos en los cursos superiores de la enseñanza será cada vez mayor. Y como el índice de fracaso escolar no se mide por la calidad objetiva de los conocimientos, sino por el porcentaje de alumnos que concluyen sus estudios, el fracaso escolar en España habrá dejado de ser un problema. Un maquillaje estadístico. No habrá estudiantes fracasados, pero será el sistema de enseñanza el que haya fracasado en su conjunto.
“Es un engaño: cuanto más fácil es llegar a la meta, menos valor tiene llegar –declara J.J.S., director de secundaria-. En realidad, ahora los fracasados serán todos”. Una veterana maestra, V.T., añade: “Es una locura: sólo servirá para aplazar el fracaso hasta los años posteriores. Y cuanto más alto se llega, más dura será la caída”. Ahora bien, las cifras de éxito o fracaso universitario no suelen computarse en los índices estadísticos de “fracaso escolar”, de manera que el truco, sobre el papel, funcionaría: podrá convencerse a la sociedad española de que sus problemas han desaparecido por la vía de ocultar que existen.
“El problema es que las cosas no se pueden ocultar todo el tiempo –señala E.L., empresario-: cuando lleguen al mercado laboral, esos jóvenes se encontrarán con la dura realidad de una formación insuficiente”. Hay que recordar que todos los observadores coinciden en señalar la falta de productividad como una de las grandes carencias del sistema económico español, y la productividad está en relación directa con el grado de formación y capacitación del trabajador. A menor formación elemental, menor calidad del tejido económico. Un bachillerato “gratis total” también hará estragos en este aspecto.