La guerra de la que nadie habla

Ofensiva gay, contraofensiva familiar

La cosa viene calentita. Pintadas amenazantes en Génova contra un obispo “antigay”, boicots a empresas norteamericanas por financiar la “agenda gay”, medidas de tipo legislativo en Estrasburgo y Brasil contra la “homofobia”, y en Polonia contra la promoción de la homosexualidad en las escuelas. Aquí, entre nosotros, se anuncia que Ruiz Gallardón será portada de la revista homosexual Zero. La homosexualidad ha terminado convirtiéndose en una ideología, en una plataforma de activismo político. Para irritación de numerosos homosexuales, que sólo quieren que se les deje en paz.

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El Parlamento Europeo adoptó la semana pasada una resolución que condena el ascenso de la intolerancia hacia la homosexualidad en Europa. El texto ha sido cocinado y aprobado por una mayoría integrada por socialistas, liberales, “verdes” y comunistas, y recoge diversas declaraciones de hombres públicos o iniciativas de gobierno que este grupo considera “homófobas”.

Un obispo belga 

Entre las declaraciones denunciadas figuran las del obispo de Namur (Bélgica), Monseñor Leonard, que en una entrevista de prensa calificó la homosexualidad como “anormal”. Estas declaraciones del obispo han estado muy presentes en Bruselas en los últimos días, porque el mes de mayo es en la capital belga, desde hace algunos años, acostumbrado escenario de la manifestación de la Lesbian & Gay Pride, una de esas cabalgatas de “orgullo gay” con su habitual colorido. Este año se celebrará el próximo 12 de mayo. Pero la novedad de esta convocatoria es que, esta vez, ha habido alternativa: una serie de asociaciones familiares organizaba el pasado domingo una European Family Pride.

Las reivindicaciones de la European Family Pride van en dirección inversa a la resolución del Parlamento Europeo. “Ahora podrán incluso prohibir nuestra manifestación”, explicaba Jean-Philippe Raspaille, uno de los organizadores de la Family Pride: “So pretexto de proteger a una minoría, está aplastando toda oposición al lobby homosexual. Incluso podrían sancionar las declaraciones de Monseñor Leonard”. Raspaille ha explicado sus objetivos: “Históricamente, la Gay Pride atraía a unas cuantas personas que ejercían un eficaz trabajo de lobby e influían en el mundo político. Nosotros también llegaremos a ello. Disponemos de oídos atentos en los parlamentarios de la Europa del Este, por ejemplo”. 

La cuestión polaca

¿Europa del Este? Aquí es precisamente donde más bulle la olla: en Polonia. De hecho, Polonia es el principal blanco de las críticas del bloque de izquierdas del Parlamento Europeo. ¿Por qué? Porque el ministro polaco de Educación ha anunciado su intención de proponer un proyecto de ley que sancione a todos los enseñantes que “defiendan en la escuela los derechos de los homosexuales y las lesbianas”, según lo ven en Estrasburgo. El Parlamento Europeo insta al Gobierno de Varsovia a “condenar públicamente” y “sancionar” tales propósitos, y advierte de que “cualquier otra actitud constituiría una violación del artículo 6 del tratado de la Unión”. Ese artículo permite a la Unión Europea sancionar –incluso con la suspensión del derecho a voto del país castigado- a cualquier Estado miembro que no respete las reglas fundadoras de la Unión, y especialmente los derechos humanos. 

La cuestión es que los polacos ven las cosas de otro modo y, evidentemente, no creen estar poniendo en peligro ningún derecho humano. Lo que Polonia se propone prohibir es expresamente la promoción de la homosexualidad entre los niños. Y en Varsovia argumentan que la Unión no puede pretender menoscabar la “soberanía moral” del país, es decir, que las presiones de un lobby obliguen a invertir las convicciones mayoritarias de una sociedad.

Por otro lado, las provocaciones por parte de los grupos militantes de homosexuales se han convertido en algo cotidiano en Europa, y también las actuaciones de los tribunales. Esta misma semana la asociación Act Up era condenada en un tribunal de París por haber organizado un simulacro de matrimonio homosexual en la catedral de Notre-Dame; es verdad que la condena se limitaba a una indemnización simbólica de 1 euro. 

Italia: Prodi zapateriza

Las cosas no están menos tensas en Italia, donde el gobierno de Romano Prodi, a imagen y semejanza del de Zapatero en España, se propone sacar adelante una ley de “matrimonio homosexual”. Una de las voces más destacadas contra esta ley ha sido la del arzobispo de Génova, Msr. Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal italiana. Hace un par de semanas, la catedral de Génova y varias iglesias de la localidad aparecían llenas de pintadas “con leyendas blasfemas y amenazantes” contra Bagnasco, y también contra el Papa y el cardenal Ruini, Vicario de Roma. “Muerte a Bagnasco”, decían los graffitis. 

Bagnasco se limitó a enunciar la doctrina de la Iglesia sobre este punto: la única familia es la fundada en la unión perdurable de un hombre con una mujer y ese es el mejor ámbito para educar a los hijos. Bagnasco instó a los católicos a defender “el único matrimonio posible”. Las intervenciones del episcopado italiano han recordado repetidamente a los católicos que no pueden apoyar con su voto el reconocimiento a las uniones entre dos personas del mismo sexo.

Es interesante notar que el “efecto Zapatero” aparece detrás de muchas de las iniciativas del lobby gay, no sólo en Italia, sino también y sobre todo en Iberoamérica. En Brasil, Lula quiere detener a todos aquellos que se atrevan a hablar en público contra la homosexualidad. En Colombia pretenden meter en prisión a un obispo por expulsar a un gay del seminario. Otro país hispano aquejado de Zapaterismo, Uruguay, se apunta a la ley de uniones homosexuales, y la misma plataforma ha encontrado Kirchner en Argentina. 

Ofensiva familiar: el caso norteamericano

Claro que subirse a este carro no significa necesariamente apostar a caballo ganador. En los Estados Unidos, la Ford ha perdido 13.000 millones de dólares por promover la agenda homosexual. Es una típica historia americana de presión de la sociedad civil. A finales del 2005, la American Family Association y otras dieciocho organizaciones pro-familia lanzaron un boicot contra la fábrica de automóviles Ford por sus constantes donaciones a grupos de presión política que favorecen la “agenda gay”. El boicot ha causado que Ford tenga una caída en sus ventas en diez de los últimos doce meses con respecto al año anterior. 

El Instituto Culture & Media ha denunciado que, aunque la prensa ha ignorado el boicot contra Ford, las ventas de la empresa han caído; asimismo ha confirmado que las pérdidas de la automovilística alcanzan esa asombrosa cifra de casi 13 mil millones de dólares en el año 2006. Más de setecientas mil personas han apoyado el boicot a través de Internet. Actualmente unos tres millones de personas reciben información actualizada sobre esta campaña. Un grupo de setenta y cinco concesionarios de autos en Texas ha pedido a la Ford que se replantee su apoyo al activismo homosexual. Parece que Ford ha comenzado a considerar las demandas: este año ha desistido de patrocinar los premios de la Alianza Anti Difamación Gay y Lesbiana (GLAAD), considerados como los “Oscar gay”, un grupo de presión homosexual que solía recibir mil dólares de donación por la compra de cada Jaguar en Estados Unidos.

… Y Gallardón 

Como los hay que siempre se acercan al lugar donde sopla el viento –aunque luego no siempre acierten con la dirección adecuada-, Alberto Ruiz Gallardón va a aparecer en el próximo número de la revista Zero, portavoz oficial del lobby gay en España, dentro de su presente campaña electoral. Acto seguido, una fracción disidente del Partido Popular de Madrid, la plataforma Gallardón No (www.gallardonno.com) ha pedido al presidente del Partido, Mariano Rajoy, que repruebe esta actuación del alcalde de Madrid.

"No entendemos este guiño al lobby gay en vísperas del inicio de la campaña electoral – explica Olga Cuquerella, portavoz de Gallardon No-. Nos parece increíble que Gallardón se dedique a aparecer en la revista Zero o a oficiar bodas entre homosexuales, a pesar de que su partido ha presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional por la aprobación de la ley de matrimonios homosexuales. Las asociaciones familiares –prosigue la señora Cuquerella- han solicitado a Gallardón ser recibidas en múltiples ocasiones, y lo único que han conseguido es la callada por respuesta. Sin embargo, el alcalde sí se ha dignado recibir a las asociaciones de homosexuales e incluso ha visitado la sede de Cogam (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid)”.

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