¿Hasta dónde podemos cambiar la naturaleza?

Un jardín muy, pero que muy raro

El gusto tradicional pensó el jardín como refugio. El gusto neoclásico, como arquitectura. El gusto romántico se caracterizó por buscar la naturaleza salvaje. ¿Y ahora? Ahora estamos entre el dominio absoluto aplicado a la naturaleza y, al mismo tiempo, en el prodigio de una naturaleza que sigue siendo ella misma. Estas imágenes corresponden al jardín botánico de Montreal. Los hombres han construido todo género de formas (animales incluidas) con las plantas. Originalidad nadie les negará. Pasen y vean.

Compartir en:

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar