RAQUEL MARTÍN/PAGINASDIGITAL.ES
No puede pasar desapercibido el verdadero debate de ideas que se está produciendo en el Partido Popular. Y lo están protagonizando mayoritariamente un ramillete de senadores y diputados que, tal y como están las cosas en ese partido, son una llama de esperanza. Quizás no sean muy famosos o populares, pero saben lo que quieren, lo que debe ser este partido y en torno a qué ideas base debe configurarse.
Tienen las ideas muy claras y han sido capaces de definir lo que es y representa la familia en la sociedad del siglo XXI, la defensa con uñas y dientes de la libertad de educación, y el valor indiscutible del hecho religioso en la construcción de una democracia, por poner sólo algunos ejemplos.
Hablo de Eugenio Nasarre, Alejo Vidal-Quadras, Jorge Fernández Díaz, Santiago Abascal, Luis Peral, Carlos Delgado, Luis Fraga y Luis de Grandes, entre alguno que otro más. Todos ellos han firmado o redactado una serie de enmiendas a la ponencia política del PP (de la que se desvinculó María San Gil) que son una verdadera joya tanto en el mediocre debate de ideas del PP como en la clase política española en general.
Movidos por una urgencia de llenar de contenido, y de contenido con sentido, la paupérrima ponencia política redactada por José Manuel Soria y Alicia Sánchez Camacho, estos parlamentarios se han puesto manos a la obra y han escrito muchas enmiendas parciales, algunas de las cuales corrigen capítulos y epígrafes enteros del documento oficial del PP.
Dicen que este congreso nacional del partido va a ser clave, no sólo en lo referido al liderazgo interno, sino en el sentido de clarificación de muchos principios. Valencia va a ser definitivo en lo que a definición de contenidos políticos se refiere. Todo el mundo sabe que el partido que salga de este cónclave va a ser distinto, renovado, y hay cuestiones en las que el PP va a tener que definirse blanco sobre negro.
Por eso estos hombres capitaneados por Vidal-Cuadras, Nasarre y Jorge Fernández Díaz han decidido poner por escrito su propuesta sobre educación, familia, modelo de Estado, aborto, investigación o libertad religiosa, entre otros puntos. Y ya era hora de que por fin el PP se definiera en muchos de estos puntos que, hasta ahora, no estaban en la agenda popular. En el pasado estuvieron garantizados por las riendas de José María Aznar del partido y del gobierno, pero en el PP de Rajoy no está en absoluto nada claro y sería bienvenida una definición.
Todos los autores han presentado sus enmiendas desde la más absoluta lealtad al presidente del PP, al partido, sin ningún afán de protagonismo ni cálculo de reparto de poder premeditado, ni ningún otro interés más que el de plasmar en un documento político aquellos principios en los que debe regirse el partido por un mejor y mayor servicio a la sociedad española. Sus enmiendas no van contra nadie porque dicen que las han redactado con un verdadero sentido constructivo.
Capítulo Educación. La ponencia política oficial ha redactado un capítulo exclusivamente sobre educación (el V) que deja mucho que desear. Es como un balbuceo, un intento de definición, pero sin saber de qué ni para qué. Este texto tenía el sangrante olvido de la defensa de la libertad de elección de los padres del tipo de educación para sus hijos. Se les había olvidado, de este derecho ni una sola coma. ¿Quién si no el PP puede levantar la bandera en defensa de la libertad de educación? Pues hasta que no se han presentado las enmiendas de Eugenio Nasarre, este partido no se definía defensor de este derecho capital y constitucional. Es más, pide que desde las autoridades públicas quede garantizado.
Igual ocurría con el punto relativo a Educación para la Ciudadanía. Tres frases le dedica la ponencia política a esta grave asignatura, mientras que la enmienda de Nasarre afirma que esta materia “es un instrumento peligroso de adoctrinamiento y manipulación ideológica incompatible con las exigencias de un Estado democrático”. De la objeción de conciencia la ponencia no decía ni palabra y esta enmienda pide que sea “atendida, pues los contendidos de dicha asignatura no respetan los derechos que asisten a los padres en relación con la formación moral de sus hijos”.
En el capítulo de Familia, el documento firmado por Sánchez Camacho y Soria también parecía haberse “olvidado” de la definición de matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.
Hay muchos otros ejemplos más para explicar el chorro de libertad y de sensatez que estos diputados y senadores han demostrado con sus enmiendas, como lo demuestran aquéllas sobre el problema del aborto en nuestro país o el aliento a la investigación con células madres adultas, que no embrionarias, por su mayor eficacia científica y el innecesario debate ético que se plantea a diferencia de las embrionarias.
La verdad es que leer con transparencia y claridad una toma de postura en todos estos temas por parte de estos diputados y senadores populares es de agradecer, además de demostrar recoger el sentir plural de la sociedad española, que aunque cueste reconocerlo, existe.
Como la enmienda de Alejo Vidal-Quadras. Ha trascendido con gran repercusión en los medios de comunicación su postura en el capítulo de modelo de Estado y reforma constitucional para frenar a los nacionalismos, pero no quería dejar pasar de largo varios artículos relativos a los principios y valores del PP.
En esta redacción se describe que el Partido Popular está inspirado en el regeneracionismo español y en el humanismo cristiano. Esta "visión renovada del liberalismo es compatible con el mantenimiento de postulados procedentes del pensamiento conservador (...) y también se apoya en los valores esenciales de la tradición cristiana que se encuentran en la base de la civilización occidental, entre los que destacan la dignidad y la libertad de la persona y sus derechos inalienables, la defensa de la vida humana desde su concepción, la consideración como fundamentos de la sociedad del matrimonio entre hombre y mujer, y de la familia resultante del mismo, y el ideal de justicia social".
No se pueden decir más cosas en sólo un párrafo de la autoconciencia o autodefinición que Vidal-Quadras y los demás tienen del sentido de su acción política.
Pero a continuación de este artículo (17) vienen otros más en los que se va desarrollando el concepto de nación, igualdad y libertades que son un placer de lectura. "La libertad es el primero de los valores de la convivencia democrática. Permite a cada persona vivir de acuerdo con su dignidad esencial y a la sociedad, enriquecerse y prosperar, material y espiritualmente, mediante el despliegue de la personalidad de sus miembros y con respeto siempre a los derechos de los demás"( 24). "La Constitución garantiza, asimismo, la libertad de religión y de culto en el marco de un Estado no confesional. Disponemos de uno de los marcos jurídicos más completos para el libre ejercicio de esta libertad por parte de los individuos y de las comunidades y confesiones religiosas. En él se establece que los poderes públicos tendrán en consideración las creencias religiosas de la sociedad española y garantizarán el debido respeto a las mismas. Ese marco jurídico, nacido en la misma Transición con el máximo consenso de las fuerzas políticas, debe ser íntegramente preservado" (27).
Eugenio Nasarre y Vidal-Quadras sí que están verdaderamente interesados en el debate de ideas dentro del PP y han comenzado a enmendar el rumbo vacío de contenido del principal partido de la oposición.