El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado una advertencia a los Estados clave. Pensilvania, Georgia, Michigan, Wisconsin y Arizona siguen siendo para el republicano el campo de batalla de una disputa electoral que no está dispuesto a abandonar. Pese a que se espera que este lunes el Colegio Electoral confirme la victoria de Joe Biden,[1] los republicanos ya han anunciado que "la batalla legal continuará". Trump ha subrayado que los estados que encontraron fraude masivo de votantes no pueden certificar legalmente los votos. "Los estados claves que confirmen la victoria de Biden cometerán un delito. Esto no ha terminado", dijo en una entrevista en la cadena Fox.
Por esta razón, el equipo jurídico del presidente va a tomar nota de los estados que ignoren las demandas interpuestas y otorguen sus votos electorales al rival demócrata. El todavía presidente de EE. UU. no se da por vencido y ya se ha repuesto del revés de la Corte Suprema. El alto tribunal no admitió la demanda del fiscal general de Texas, a la que se unieron 18 estados más, contra los estados en disputa, "por haber creado leyes electorales fraudulentas, a última hora, con la justificación del coronavirus" y, por ende, "violar la Constitución de los Estados Unidos".
Este varapalo judicial ha sido recibido en el Partido Republicano con gran estupor. Para Trump, "los jueces no han tenido el coraje, ni la sabiduría de hacer prevalecer la Constitución de los Padres Fundadores". El líder de los republicanos tiene muy claro que ha sido víctima de un amaño electoral y no va a parar hasta conseguir que los tribunales "vean las pruebas de fraude y escuchen al millar de testigos".
Hubo votantes muertos, inmigrantes ilegales, firmas falsas, presos, votantes no residentes, papeletas falsas, votos robados, votos comprados...
"Todo el mundo sabe que hubo votantes muertos, menores de edad, inmigrantes ilegales, firmas falsas, presos, votantes no residentes, papeletas falsas, votos robados, votos comprados...y muchos otros votaron ilegalmente. Además, también se conoce que los fallos de las máquinas fueron fraudulentos. Igualmente, se maltrató a los observadores electorales republicanos. En muchos estados hubo más votos que personas. En todos los casos de los estados clave había muchos más votos de los necesarios para ganar el estado y la elección misma. Por lo tanto, no se pueden certificar los votos, ¡esta elección está bajo desafío legal!, expuso Trump en su cuenta oficial de Twitter.
El presidente de EE. UU. explicó, en la entrevista a Fox News, que los apoderados electorales demócratas supieron "burlar" a sus homólogos republicanos. "Mira Georgia. Obtuvimos una gran victoria en Georgia, en Pennsylvania, en Wisconsin. Ganamos a lo grande", afirmó el republicano.
Pero lo que más preocupa a Trump es el hecho de que Estados Unidos proclame a "un presidente ilegítimo". Considera que lo que ha sucedido en su país es propio de países del tercer mundo", y esto es algo que "no va a consentir". Sabe que le queda poco tiempo de cara al juramento de Biden, que se realizará el próximo 20 de enero, pero está dispuesto a revertir los resultados con los recursos judiciales que le queden. "Tenemos poco tiempo, pero los atrapamos. Aquí no ha acabado nada aún. Seguiremos peleando", concluyó en la cadena Fox News.
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[1] Pero la cuestión, en el momento de cerrar esta edición, está lejos de estar decidida. Parece más bien, con las dos listas enfrentadas que han enviado algunos Estados (Georgia y Pensilvania, entre otros), que EE. UU. se está encaminando a lo que se denomina una “elección contingente”. En tal caso, todo se decide, como sucedió en 1876, mediante un solo voto por estado, votación en la que habría una mayoría republicana que elegiría a Donald Trump, el verdadero vencedor, sin fraude electoral del voto popular. (N. d. R.)
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