Deutschland über alles, Alemania por encima de todo reza el himno alemán. Bueno, últimamente parece ser que se trata justamente de todo lo contrario: de rebajar a Alemania a una leprosería tercermundista.
La entrada de AfD en el Reichstag, perdón, en el Bundestag, está causando soponcios entre las señoronas biempensantes de toda Europa mientras degustan su chocolate con churros en compañía del orondo cura laico que tiene conexión directa con el Todopodemita.
¡Traigámosles las sales a las señoronas! ¡Soltémosles el refajo y la faja!
El Todopodemita truena y hace que se oscurezcan los cielos amenazando a Alemania con una nueva plaga de langostas, pulgas, pulgones y garrapatas.
En un programa radiofónico nocturno que contiene una sección sobre filosofía, tocaron a Martin Heidegger y, por supuesto ¿cómo no?, insistieron en que el pensador de Friburgo, JAMÁS renegó de su militancia nacionalsocialista, y siempre guardó silencio al respecto, un hecho deplorable, según el comentarista. ¡Un poco de catecismo, por favor! El arrepentimiento no puede ser forzado, sino voluntario. Si no, no vale. ¿No saben que no hay perdón del Señor si no es de esa manera?
La patria de Arminio está bajo severo ataque desde hace eones por parte del marxismo cultural: la culpa postbélica, la Escuela de Frankfurt, el auto-odio racial, el auto-odio cultural y finalmente podemos asistir al auto-odio artístico.
Centrémonos por un momento en este último escalón: el auto-odio artístico, porque precisamente ha sido en este peldaño donde la corrección política ha dado un tremendo traspié, se ha pasado de lista y está perdiendo todo el terreno ganado. Por supuesto, la crisis de los “refugiados” violadores ha sido determinante; pero enfoquémonos en la guerra contra el arte.
La obra del escultor favorito de Hitler, Arno Breker, está bajo amenaza de demolición. En España nos quejamos de la pandilla de garrapatosos analfabetos que quieren volar el Valle de los Caídos, pero en Alemania también tienen lo suyo. Y como hemos visto hace bien poco, también en Estados Unidos.
“Es incorrecto reconocer al artista que creó las imágenes físicas de la Alemania nazi”, asegura Klaus Staeck, presidente de la Academia Berlinesa de las Artes. “No sólo fue un protegido de Hitler, también se lucró con ello”.
Como si uno no tuviera derecho a ganar dinero con su trabajo.
La historia del Despertar para muchos alemanes bien puede ser la siguiente y es sociológicamente muy representativa: una señora alemana, de cuarenta años de edad, de Hamburgo, de clase media, votante habitual del SPD, es decir, socialdemócrata, confesaba a este medio lo horrorizada que estaba ante la posibilidad de que la obra de Breker fuera reducida a cascotes. “¡Tanta belleza destruida!”, así se lamentaba. Este ha sido un momento determinante en la vida de esta Frau, que le ha llevado a digerir la Píldora Roja y a votar a AfD.
Por cierto, si empiezan con Arno Breker, ¿por qué no quemar los negativos de las películas de la UFA? El expresionismo alemán estaba conectado con el futurismo italiano y éste con el fascismo.
¿Cuántos votos de Alternativa por Alemania provienen del SPD? Juan Ramón Rallo sostiene en su blog que aproximádamente 510.000. Procedentes de Die Linke (la refundación del partido comunista de la RDA) unos 420.000, y desde la democracia cristiana, el CDU, aproximadamente un millón de votos.