Éstas son las últimas informaciones procedentes del Corriere della Sera, el periódico al que, como buen liberal, maldita la gracia que le hace que Fratelli d’Italia, el partido de Georgia Meloni, aliado europeo de Vox, y tildado de “neofascista”, “xenófobo, “racista”, bla, bla, bla, esté a punto de convertirse, el próximo 25 de septiembre, en el partido más votado de Italia. Si se confirma —de esto precisamente trata el artículo— la alianza con las dos formaciones que le están relativamente cerca (la Lega, de Salvini; y Forza Italia, de Berlusconi) el cambio de rumbo está asegurado... justo un mes antes del 30 de octubre, fecha en la que se cumple —ya son casualidades.. o designios de los hados— el Centésimo aniversario de la Marcha sobre Roma que en 1922 organizara un tal Benito Mussolini.
Tras un tenso encuentro en campo neutral, en la Cámara de Diputados, Giorgia Meloni, la líder de Fratelli d’Italia, ha obtenido un sí general a su petición de “seguir con la norma siempre mantenida hasta ahora”, según la cual quien obtenga el primer puesto tendrá derecho a nombrar el candidato a Presidente. Aunque queda pendiente alguna duda sobre la fórmula “quien obtenga más votos”, que deja un resquicio de esperanza a Forza Italia (el partido de Berlusconi) de pueda ser una coalición de partidos, lo cual le permitiría quizás sumar sus votos a los de la Lega. Esta tesis, sin embargo, es rechazada por Fratelli d’Italia: “Se sobreentiende que el partido vencedor es ‘el partido’ que obtenga más votos”. Para los partidos del centro-derecha lo más difícil ha sido el acuerdo sobre la distribución de las circunscripciones de un solo miembro. Los fríos números indican 98 circunscripciones uninominales para Fratelli d’Italia, 70 para la Lega, 42 para Forza Italia y 11 para los centristas (parece que aspiraban a 20). Estos últimos, a juzgar por el tono entre Antonio Tajani y Maurizio Lupi, no estaban muy satisfechos, al contrario. Será Fratelli d’Italia y la Lega quienes ocuparán su espacio. Para llegar a un acuerdo sobre la distribución de las circunscripciones entre las diferentes fuerzas políticas han prevalecido los resultados de los sondeos, pero sólo aquellos realizados antes de la caída del Gobierno de Draghi: en caso contrario habrían sido penalizados los resultados de la Lega y de Forza Italia. En varias ocasiones, durante las reuniones —afirman Marco Cremonesi y Paola Di Caro— se ha planteado la cuestión sobre si algunas encuestas podrían haber sido falseadas para “entrar” en juego. Pero las negociaciones, escribe Adriana Lagroscino, continúan sobre las “circunscripciones seguras”.
Berlusconi ha terminado el primer asalto del juego con una broma: “ ¡No hay ningún problema, seremos nosotros, los de Forza Italia, quienes obtendremos el 20 por ciento!
Las sombras. Pero el encuentro evidencia la brecha del frente, con un pacto implícito entre Berlusconi y Salvini contra Meloni. Y, como escribe Massimo Franco, “multiplica las sombras sobre la posibilidad de que el centro-derecha además de ganar, pueda gobernar Italia en una de las fases más difíciles de su Historia”.
Dentro de la Lega. La división está también en el interior de la Lega, como se evidencia en la entrevista de Marco Cremonesi a Massimiliano Fedriga, Presidente del Friuli-Venezia Giulia: “Me ha apenado la caída del Gobierno de Draghi, pues crea inestabilidad en el sistema”, posición manifestada por muchos representantes de la Lega en el territorio.
Fuera de Forza Italia. Continúan las despedidas en el partido de Silvio Berlusconi, después de Renato Brunetta, Mariastella Gelmini y Mara Carfgna. Ayer fue el turno de Rossella Sesa, incondicional de la Ministra del Sur. Antonio Tajani no se lo ha tomado bien: “Quien deja Forza Italia tiene que abandonar el Parlamento. Y lo primero que se debe hacer es dimitir de cualquier cargo gubernamental, porque no se es Ministro a título personal, se es porque se ha sido elegido dentro de un partido”.
© Corriere della Sera
Traducción: Cecilia Herrero Camilleri
Tabla de los sondeos más recientes
Comentarios