Al mismo tiempo que prosiguen en Italia las manifestaciones contra el apoyo dado a la guerra de la OTAN por el gobierno pretendidamente derechista de Georgia Meloni, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha declarado que la OTAN estaba estudiando el envío inmediato de tropas occidentales a territorio ucraniano; señal inequívoca, por lo demás, del deterioro de la situación militar para las fuerzas de la coalición ucrano-otanista.
"Se está estudiando la posibilidad de que soldados de países aliados crucen ya la frontera y entren en suelo ucraniano. Así que tengo que decirlo. El mundo nunca ha estado tan cerca de convertir una guerra local —como es la de Luhansk y Donetsk— en una guerra mundial. La probabilidad de que esto ocurra aumenta día a día", afirmó el político húngaro, conocido por sus posiciones como mínimo neutrales.
Según él, los dirigentes occidentales padecen "fiebre de guerra". Orbán les acusó de enviar armas cada vez más peligrosas a Ucrania, señalando que la transferencia de aviones de combate está ahora en la agenda, mientras que antes el tema se consideraba tabú.
© t.me/russosphere
Comentarios