La aerolínea finesa Scandinavian Air System (SAS) lanza un anuncio que da una vuelta más de tuerca al proceso de autodestrucción de Escandinavia, y en el que se plantea la idea de que el hecho de que haya una cosa llamada "comercio" (bienes, ideas, recetas, etc.) significa que los pueblos y las naciones no tienen esencia.
Muchos detractores del anuncio de marras lo tachan, sin más, de "izquierdista", y desde luego lo es, pero por encima de todo, esta campaña es una ofensiva neoliberal. Bien puede interpretarse el anuncio de SAS como una muestra perfecta de la ya bastante cartografiada alianza entre el internacionalismo trotskista con el multinacionalismo capitalista. En una palabra: globalismo.
Este audiovisual además de negar la esencia de Escandinavia y los escandinavos, también niega su existencia, ya que sugiere que Escandinavia ni siquiera es una tabula rasa (eso sería negar su esencia, pero no su existencia). Escandinavia es menos que eso: es una NADA. Lo dicen una niñas finlandesas, al comienzo, pero, además, cuando aparece un hombre negro y dice "no somos mejores que nuestros antepasados los vikingos", eso implica que se considera que no hay ya ninguna conexión (linaje, cultura, historia) ni con el pasado ni con la tierra. Escandinavia —de acuerdo con SAS— es solo una nada que hay que llenar con cosas y personas de todo el mundo. Particularmente del Tercer Mundo y del islam.
Lo curioso es que el anuncio se desenmascara a sí mismo, ya que, según éste, el 98% de los bienes e ideas importados del extranjero a Escandinavia provienen de Europa y los EE. UU. Y sí: también hay una receta de cocina de Turquía y el molino de viento, que, se dice, fue inventado en Persia. Con lo cual esta publicidad está admitiendo, inconscientemente, que el comercio y la retroalimentación intraeuropeos son algo fabuloso, y en eso podemos estar muy de acuerdo. "La democracia viene de Grecia, la baja paterna de Suiza, los derechos de la mujer de Estados Unidos". Ciertamente, sería difícil que semejantes conceptos provinieran de Asia, África o la América precolombina.
La estación de ferrocarril de Alvar Aalto, en Helsinki, o el Ayuntamiento de Oslo, de Amstein Ameberg y Magnus Poulsson, son obras con un sesgo muy nórdico del Art Decó, estilo surgido en Francia, del mismo modo que el gótico nórdico es una variación del arte surgido en Chartres, pero ¿quién podría extraer un gramo de nordicidad de todas estas obras?
El expresionismo nórdico es deudor del alemán, pero alcanzó cotas muy altas en los países escandinavos, como en la esculturas de Vigeland o en la pintura de Munch.
Pero sí hay una escuela cuyo origen es nórdico cien por cien: el existencialismo filosófico, cuyo padre Soren Kierkegaard era danés,
Es toda una paradoja —de esas paradojas que tanto gustaban al pensador de Copenhague— que la tierra que dio lugar al existencialismo, tan presente en las películas de Bergman, en las pinturas de Munch (también expresionista) o en los ensayos de Svendsen sea precisamente una tierra a la que se le niega la existencia.
Hiperbórea no existe, es un vacío, un angst, una enfermedad mortal kierkegaardiana, ha sido succionada por el maelstrom del Mar de Norte y arrastrada hasta la zona abisal.
O quizás no.
El anuncio de SAS ha recibido tal cantidad de comentarios negativos que ha sido retirado por la compañía a las veinticuatro horas. Da la impresión de que a los globalistas les ha salido el tiro por la culata, y en lugar de lavar cerebros han detonado un despertador que ha producido un grito masivo.
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