Renaud Camus es el escritor y pensador francés que ha forjado uno de esos términos que, en el vértigo de su condensación, dicen infinitamente más que largos tratados. Se trata también de uno de esos términos que, haciendo fortuna, se convierten en arrojadiza y eficaz arma de combate. Así sucede con el Grand Remplacement: la Gran Sustitución, tanto étnica como cultural, de nuestros pueblos europeos que el empeño migratorio —tanto el de quienes nos invaden como el de la oligarquía que está decidida a remplazarnos— acabará realizando, si no le paramos los pies, dentro de no demasiado tiempo.
Entre las diversas iniciativas destinadas a impedir la destrucción de nuestra civilización, Renaud Camus y Karim Ouchikh (un caso excepcional de argelino totalmente integrado en la Francia a la que llegó en los años 60) han lanzado el Manifiesto “Europa: no a la invasión”. Difundido simultáneamente en 15 países europeos en cuyos idiomas ha sido traducido, dicho Manifiesto se propone el objetivo de alcanzar 1 millón de firmas.
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París se ha convertido en una ciudad irreconocible. El mundo se queda estupefacto ante el suicidio de la “Ciudad Luz”, que el cambio de población y de civilización está transformando en un lugar realmente peligroso. Sin embargo, la alcaldesa de la ciudad sigue abriendo cada vez más centros de acogida para los migrantes y quiere que este desastroso modelo se extienda a cada rincón del territorio francés. Además, el gobierno de Emmanuel Macron está a punto de legislar en tal sentido.
La “política de asentamiento” está hecha como si Europa fuera un desierto por colonizar. Por todas partes en el continente –menos en algunos países como Hungría, Polonia, Eslovaquia, República Checa, etc., que tienen de la tiranía recuerdos menos lejanos y resisten a la invasión que se nos impone– por todas partes, las autoridades nacionales y supranacionales, olvidándose de sus propios ciudadanos, de su identidad y de su sufrimiento, van decidiendo y compartiendo la sumersión migratoria, el cambio étnico, la Gran Sustitución, el advenimiento del hombre sustituible. Lo hacen hipócritamente, llamando a la compasión, mientras que su política de “efecto llamada” precipita a las carreteras, mares y océanos a inauditas masas humanas en las que sólo hay una ínfima parte de auténticos refugiados, pero que pagan todos los días la esperanza de una vida mejor –o la voluntad de conquista– con su siniestro tributo de náufragos.
Europeos, estáis abandonados y traicionados por gente que sólo quiere imponeros el reino del provecho y de la intercambiabilidad general. ¡Rebelaos! Firmando esta petición, manifestad vuestro derecho a vivir en patrias que sigan siendo las vuestras. Si somos más de un millón quienes la firmemos, las instituciones europeas tendrán por fin que oírnos y renunciar al caos migratorio que nos condena al desaparición programada de nuestra civilización.
Renaud Camus – Karim Ouchikh
(Versión española reelaborada por
El Manifiesto, que pronto aparecerá en la web oficial.)