Barrios o ciudades de los suburbios (incluido Saint-Denis, en cuya abadía están enterrados los reyes de Francia) que han dejado de facto de ser franceses. Barrios o ciudades donde las mujeres no pueden andar solas por la calle, aún menos sin el velo islámico, donde los hombres visten a la musulmana, donde los imanes salafistas predican desde las mezquitas su odio a Europa y a su civilización. Una civilización cuya normas ya no rigen en tales enclaves.
La Sharia ya es ahí la ley... en espera de que lo sea por doquier. A la policía, por supuesto, ni se le ocurre poner los pies en tales bastiones. Sólo el Ejército podría hacerlo, por altos que sean los riesgos de una intervención a la que se respondería con las armas; unos riesgos que siempre serían menores, sin embargo, que los entrañados por la pérdida de la soberanía y la libertad.
He ahí, en resumidas cuentas, lo que dice en esta entrevista (subtitulada) el escritor Éric Zemmour, uno de los intelectuales franceses de mayor proyección y cuyos libros se venden por cientos de miles de ejemplares.