Solo han pasado una semanas del tratado de la UE con Ankara para que Turquía retenga a los refugiados y se quede de vuelta con la última ´remesa´ llegada a tierras griegas y ya se comprueba que el pacto no solo es ruinoso -6.600 millones de euros- sino que con toda probabilidad no sirva para nada. No, al menos, para detener la avalancha, que podría estar a punto de llegar desde la orilla sur del Mediterráneo, de Libia.
Ochocientos mil inmigrantes se habrían congregado en las costas libias dispuestos a cruzar hacia Europa en cualquier momento, según informa el diario austriaco Kronen Zeitung citando al ministro francés del Interior, Jean-Yves Le Drian, quien ha admitido que la Unión Europea no ha preparado ningún plan para hacer frente a esta nueva contingencia.
La llegada del buen tiempo hace temer una pronta reanudación de las oleadas masivas de inmigrantes y/o refugiados —la diferencia es cada día más confusa y, a la larga, irrelevante—, a lo que ahora hay que sumar la llegada de cientos de miles procedentes de Libia, un país dividido por la guerra civil que no puede ya dar un tratamiento mínimamente adecuado a los subsaharianos que llegan al país.
"El Estado es muy débil y no hay dinero", ha declarado el Coronel Mohamed Bourghiba, jefe del centro de detención de Gweea, al diario británico The Times. Y amenaza: "Dejaremos de trabajar y abriremos las compiertas, porque hasta el momento hemos estado haciendo todo esto por nada". "No hemos visto un euro de Europa" -añade Abdel Rahim Rajahi,colega de Bourghiba. "Y estamos operando con un déficit del 50%”.
Eso significa, de forma inmediata, que los 20.000 inmigrantes que aguardan en los centros de detención libios embarcarían inmediatamente hacia Italia. Según un análisis reciente, Italia se enfrenta a la llegada de 400.000 nuevos inmigrantes procedentes del Norte de África este año y, con el tratado de Schengen en suspenso en la práctica, quedarían atrapados en un país que no es el destino con el que sueñan.
Lejos de amainar, la crisis de los refugiados crece por días, y ya no solo hay que considerar la pesadilla logística, económica, social y política de alojar cientos de miles de recién llegados sin cualificación laboral y procedentes de culturas muy distintas a la europea, sino los acuciantes problemas de seguridad puestos de nuevo de relieve por el reciente atentado en Bruselas. Porque, al parecer, el Califato planea llenar el Viejo Continente de "lobos solitarios" que actúen de forma autónoma en una sucesión de ataques terroristas.
El peligro no es de hoy, sino que se ha venido preparando cuidadosamente desde hace al menos cuatro años, informa The New York Times. “Esto no ha aparecido como por arte de magia en los seis últimos meses", declara al Times Michael T. Flynn, teniente general retirado y ex jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa norteamericana. "Llevan estudiando ataques externos desde que el grupo entró en Siria en 2012".
Las nuevas informaciones confirman que muchos de los supuestos "lobos solitarios" que han protagonizado ataques de menor intensidad -como el atentado en el Museo Judío de Bélgica en 2014- y que han sido, incluso, arrestados en muchos casos y tenidos por ´espontáneos´ fueron deliberadamente introducidos con ese fin por el ISIS. El grupo anima a estos yijadistas autónomos a que escojan libremente sus propios objetivos para minimizar las posibilidades de que la policía pueda conectarles con sus verdaderos mandos en la organización.
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